50. Solo el principio

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Ale esta loca y decidió reescribir el final porque el otro valia vrg ¡¡fucking meeeeaaaan!!

El mundo se detuvo en el instante en que contuve la respiración, había muerte, sangre y desgracia a mí alrededor

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El mundo se detuvo en el instante en que contuve la respiración, había muerte, sangre y desgracia a mí alrededor. Eso era yo que yo atraía ¿Cómo podía seguir haciendo esto? ¿Cómo iba a involucrar a mi familia en ese mundo? ¿Cómo iba a volver a casa sabiendo las bestias que se encontraban al traspasar la puerta? Los bandos estaban paralizados, siendo yo el centro de todo.

Los verdaderos rostros salían a la luz, miré a las personas que creí de nuestro lado y que ahora me miraban con altivez.

Una amenaza.

Un susurro.

Una decisión.

¿Qué iba a hacer?

Horas antes...

La batalla había comenzado y los aires no eran alentadores; Arion, Evan, Agniet y la aspirante se encontraban rodeados por al menos cuarenta soldados armados. Los vampiros se movía a la velocidad de la luz quitando armas y esquivando balas, podía ver a Agniet saltar entre la multitud para quebrar algún cuello o partir uno que otro hueso. El sonido de los proyectiles era ensordecedor, demasiados a la vez y aunque el lugar estaba abierto seguía resonando el sonido en mis oídos aturdiéndome.

La chica era la más rápida de los cuatro, pasaba como un rayo de un soldado a otro arrancando sus armas para luego tirarlas a muchos metros de distancia. Era un borrón indistinguible, Evan peleaba espalda con espalda con Agniet en contra de un grupo de vampiros Vrykolakas, su sincronización era tal, que más que pelear, parecían danzar entre ellos, esquivándose e intentando cogerse entre ellos.

Pero había algo raro, no estaban peleando como se suponía que dos bandos que se odiaban lucharan, solo los mortales intentaban darle pelea a los inmortales sin importar que sus intentos quedasen nulos y fueran cayendo uno tras otro.

Supe entonces que aquellos eran los secuaces de Eithan y no estaban dando pelea porque estaban de nuestro lado.

Él estaba en el centro, tal vez nunca asimilé realmente el poder que Arion poseía, siempre fue para mí el chico de los ojos helados y la sonrisa divertida. Ahora, sus ojos eran orbes de luz grisácea, bordeadas por venas oscuras que recorrían todo su rostro, había niebla arremolinada a sus pies extendiéndose y tomando como víctima a todo aquél que se cruzara en su camino. Ahí donde pisaba comenzaba a expandirse una delgada capa de escarcha helada.

—Creo que le va mejor de lo que esperaba —Eris acompañó su comentario con un silbido.

—Algo anda mal —la contradijo Eithan—, Ashton no está ahí, tampoco mis padres.

—¡¿Qué...?! —pero no pude terminar mi pregunta pues él salió disparado en dirección a la batalla.

—¡No! —gritó ella.

Colder✅ [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora