Aquestas plumas de otoño ©

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El conteo de la muerte es decisivo,
con cantos luctuosos
y dolores en la hendidura del pecho.
Y golpes de yoes, de míes, de egos,
muchas fiebres y estertores
en un cuerpo que no entiende,
que no quiere pasar al otro mundo.
Este es el canto de un alma noble,
no lo duden.
Y esta poesía,
estas letras,
no son para gente viva,
espero entiendan.
La oquedad en estos versos, si la percibes,
es una pausa necesaria,
ese loto que surge de la negrura,
no es otra cosa que una voz
que se queda sin sonido
pero llena de palabras
y entrega su pasión
a otras cuerdas vocales,
otra garganta con fuerzas,
otro corazón menos vencido.
Esta poesía no está en venta,
ni se declara arrepentida,
no busca nada, nada anhela,
y todo evoca a sí, a su paradoja.
Y lo encuentra,
su mérito único
es que la libertad que ruega logra.