Viejos Relatos -Hwtober [Tododeku]

Podrido.

Le gustaba gustaba visualizar las estrellas cada vez que podía, pero esa noche como últimamente estaba el cielo muy apagado y con muy pocas estrellas en el cielo, pero a pesar de ello, su mirada se quedó allí, observando el hermoso escenario que le proporcionaba el lugar donde se encontraba.

La luna estaba llena, iluminando apenas pues las nubes opacaban la hermosa luz que desprendía el satélite natural.

En su piernas tenía su tableta esperando con paciencia pero extrañado de que aún no aparecieran ningún reporte maligno hasta el momento.

El aire y la brisa estaban perfectas esa noche, el balanceo de su silla junto con el insistente sonido de los grillos cantando hacían que Midoriya sonriera con júbilo, el estar disfrutando de la oscuridad le encantaba y más aún si cerca suyo permanecían sus mascotas.

Era tarde y lo sabía. Cinco minutos para ser la media noche, estaba pensando seriamente en que se le había hecho muy tarde a él. Considerando que era un ser muy puntual y siempre le tenía esperando la hora exacta, pero esta vez se había pasado por dos horas.

Izuku no le dió importancia pero justo cuando su tableta vibró, se escuchó el sonido de su estómago sonando hambriento, el olor a hedor llegó a sus fosas nasales y aquello solo hizo que su hambre aumentará drásticamente.

Normalmente era paciente esperando su comida, aguardando mientras veía la hermosa noche en su máximo apogeo, pero ahora que el olor era tan... ¿Cómo describirlo? ... Diferente y familiar su paciencia se destabilizó e hizo que desesperado buscará la fuente y la dirección donde venía.

Sus manos apretaban los brazos de la silla donde se encontraba, obligándose a no ser un desesperado y aguardar como una persona educada haría.

Una vez que su comida fue puesta delante de él, sus manos temblaron levemente, pero se levantó haciendo muchos esfuerzos para mantener la calma y analizar la ofrenda que aquel ser le ofrecía.

Anteriormente, cuando el hedor entró en su fosas nasales sus uñas y caninos salieron a flote, pero ahora que estaba frente a frente con el ser humano que le alimentaba, sus garras y dientes volvieron a su estado camuflaje para no espantar al humano ni nada parecido.

Era estúpido considerando que aquel ser vivo cometía crímenes atroces solo por él.

Lo hacía porque no quería darle la peor imagen de sí mismo a la persona que se preocupaba por él. Es más, el no mostrar ese lado suyo era casi como natural en él y no sabía explicar esa sensación pero tampoco es como si quisiera indigar dentro suyo para tratarle de darle una explicación.

Al ver aquellos ojos de diferente color, una cálida sonrisa apareció involuntariamente, no tenía las palabras suficientes para describir cuanto le gustaba ver esos hermosos y únicos ojos.