Viejos Relatos -Hwtober [Tododeku]

Unión

POR FAVOR; ESCUCHEN ESTA BELLA CANCIÓN. Es necesario.

-La muerte es tan bella y hermosa... -pronunció con palabras soñadoras su madre mientras entrelazaba sus fríos dedos con su cabellera, estaba a punto de dormirse. -La deseo tanto, Shouto, debes entender que la muerte es maravillosa en todo su sentido.

No había comprendido esas palabras a lo largo de su infancia, y cuando le preguntaba a Fuyumi, ella nunca quería responder.

No las había entendido esas grandes palabras hasta que tuvo veintiséis años, tiempo en que obligado por su pareja, fue diagnosticado con depresión.

Era una enfermedad hereditaria, del cual, dos de sus hermanos y madre, la habían padecido.

Cuando le dieron antidepresivos y una dieta rigurosa para subir de peso -Por que había bajado mucho- sus deseos de morir aumentaron.

Agradecida eternamente el apoyo de su pareja, pero se sentís un inútil y solo estorbaría. Su madre le dijo palabras muy sabias y ciertas, que con tan solo recordarlas, le daba un sentimiento de querer probarla sra ver qué sentía.

-Shouto, debes de tomar tus pastillas para de dormir. -comentó su esposa adormilada y con su mano en el espacio que él ocupaba de la cama.
-Lo sé. Duerme. -La señora Todoroki soltó un suspiro cansado y se levantó con lentitud y estrés.

Su esposo, Todoroki Shouto; estaba en la ventana admirando la belleza de la luna sin poder conciliar el sueño.

Así era, por las noches no podía pegar el ojo y en el día el estar dormido era un hábito.

Era un problema grave para su vida, por qué la depresión le atacó hasta hace unos meses, dónde él trabajar en la empresa, era un trabajo casi imposible considerando que no tenía ganas de hacer nada y la concentración nunca llega.

Su esposa lo abrazó por detrás, dejando caer grácilmente sus brazos blancos sobre los hombros de la persona que amaba.
-Ven a dormir, amor.

Shouto soltó un gran suspiro, en verdad que deseaba morir, pero el esfuerzo de su esposa por qué él viva era un dolor de cabeza.

No había problemas en ello. Todo sería fácil, había arreglado ya una herencia para su esposa, también su trabajo, no había nada que perder.

Su mayor deseo era poder descansar en paz, o bien, vivir de verdad.

Y el suicidio, estaba en su lista de deberes más próximos.