Calabazas

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Los sonidos de Fuyumi poniendo los adornos se escuchaba en toda la sala, asimismo como Rei acomodaba las velas y calabazas para que estuvieran lineales y que estuvieran de la mejor forma; Shouto y Natsuo estaban poniendo las tiras de telarañas fal...

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Los sonidos de Fuyumi poniendo los adornos se escuchaba en toda la sala, asimismo como Rei acomodaba las velas y calabazas para que estuvieran lineales y que estuvieran de la mejor forma; Shouto y Natsuo estaban poniendo las tiras de telarañas falsas y Touya estaba haciendo la cena.

Una organización poco común entre la familia Todoroki, pero cada quien tomó las tareas como iba llegando, y todos los integrantes estaban contentos por la llegada del mes de octubre.

Cuando Fuyumi acabó se bajó de la escalera, exhausta y con una gran sonrisa, en verdad le daba satisfacción mental ver a sus hermanos y madre conviviendo como en los viejos tiempos, antes de que Shouto adquiriera sus poderes.

Rei abrazó por los hombros a su única hija, esperando que sus otros dos hijos terminarán, pero recordó como Touya estaba sólo haciendo la comida y que seguramente necesitaría ayuda.

—Este año definitivamente será mucho mejor que los anteriores. —comentó Natsuo en un murmuro a su hermano menor, observando con una sonrisa como Fuyumi y su madre se dirigían a la cocina, probablemente para ayudar al torpe de Touya.

Shouto asintió. Él también pensaba lo mismo, y es que era obvio que las festividades de ese año serían mucho mejor con la compañía de su madre.

Ese año, todos los Todoroki habían acordado estar de Octubre en delante juntos, sin separarse por ninguna circunstancia además de que la ayuda mutua y tolerancia abundará.

Según lo que habían acordado, ellos estarían juntos por tres meses, saliendo de sus vidas normales y sólo conviviendo como cuando eran unos niños. Y cada integrante de la familia sabía que al estar unidos por al menos un tiempo sería una satisfacción mental para todos.

Nada más ellos, sin nadie más, sin parejas y nada por el estilo y aunque sonaba cruel para tres de los hijos Todoroki, respetaban esas reglas de sus padres.

La albina con mechones pelirrojos subió hasta el cuarto de su padre, llamándolo para cenar.

—¡Papá! —llamó Fuyumi en la entrada de la habitación. —Ya está la cena, baja a comer. —Enji volteó ligeramente, soltando un suspiro cansado y estirándose en la silla donde se encontraba.

La mujer de treinta y cinco años de edad pareció una niña pequeña al llamar al viejo hombre, pero es que en verdad que no cabía en su felicidad.

No podía creer como su madre y los demás estaban juntos, tal como muchos años de su vida soñó.

El mayor del hogar se levantó con mucho cansancio, el tener que salir a trabajar altas horas de la noche y tener papeleo era un dolor de cabeza.

Pero aún estaba reacio a dejar toda la responsabilidad a Shouto, que ya era un héroe profesional y varias veces estuvo en el ranking numero uno.

—Anda, anda. Se va enfriar la comida.  —alentó la mujer, y ambos bajaron hasta llegar al comedor.

Los presentes se tensaron, siempre era difícil el momento donde el matrimonio Todoroki se encontraba. Y más porque los hijos dirigían su mirada hacia el mayor, tornando el ambiente incomodo.

Viejos Relatos -Hwtober [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora