Viejos Relatos -Hwtober [Tododeku]

Alas

Mamá.

Perdón por abandonarte de esta manera.

Sé que estoy muy mal, abandonarte a ti y a mi padre me duele en mi corazón, principalmente por qué son las personas que más quiero en este mundo.

Por favor, mamá, no me odies.

La luz de la luna caía grácilmente sobre todos los seres vivos, la suave ventisca entraba por sus ropajes.

Había sido un tonto al no traer un abrigo más grueso, el invierno era tenso y el frío helaba por las noches.

Su sensei le había pedido cazar un conejito. Según él, eran adorables y quería uno, le recordaba a sus años de juventud en dónde el tener conejitos le alegraba el día.

Y estaba allí, vagando por el bosque mientras veía hacia todas partes, recordando a exactitud donde se situaban estaban las madrigueras de estos animalitos.

El vaho salió y solo podía maldecir un vez más. El cambio de horario aún no era costumbre y que la noche llegará tan pronto no le gustaba para nada.

El sonido de sus pies pisando la poca nieve que había hizo que definitivamente su decisión fuera ya irse.

No pasaría ni un segundo más allí. Hacía mucho frío y ya sentía sus extremidades congeladas, así que giro en sus talones hasta que detrás de él sintió la presencia de algún cuerpo.

Confundido y apresurado, volteo hacia atrás y no vio absolutamente nada.

Era ilógico también. No era posible que de un segundo a otro alguien estuviera atrás de él, era claro que fue su imaginación que quizás por el frío estaba comenzando a tener alucinaciones.

Suspiró y se concentró en seguir su camino hacia el pueblo, y por primera vez en años sintió que todo en su alrededor era ridículamente espeso y difícil de recorrer. Pero eso no sería impedimento, al contrario, no por nada estuvo memorizando muy bien el camino que recorrió.

Tenía sueño y cansancio, frío y hambre. La noche no ayudaba para nada y solo quería llegar a la entrada del pueblo ya.

Siendo sincero, si había entrado en lo profundo del bosque y ni en cuenta, por ello veía muy lejos la salida del lugar.