Viejos Relatos -Hwtober [Tododeku]

Inocencia

Todos amamos la inocencia de todo ser vivo.

Los humanos, adoran la inocencia, principalmente para corromperla, por qué saben, que nadie sobrevive toda su vida siendo inocente.

Pero, ¿Por qué esto dura tan poco? Cómo si las personas se empeñaran en quitarle la inocencia a todo, como si eso fuese algo de suma delicadeza y poco común.

En la línea de centros comerciales de los Todoroki, hubo una ganancia tan grande que el dueño, fue a organizar un convivio para celebrar, o así habían escuchado lo empleados.

Serían la primera vez que hablarían con el dueño de aquella empresa, y en cierto modo, les asustaba. Por que su jefe directo era tan transparente en los medios, nunca tenía miedo de decir las cosas, era simplemente un tipo de temer, que si algo no le gustaba podía despedir bien a todos los campos de ese centro comercial, y ese simple hecho les causaba más escalofríos que alegría de que un empresario tan ocupado como él, viniera a celebrar.

Según sus jefes, esa vez tendrían que tener el centro más limpio y admirable posible, aún si eso les exigían muchísimo siempre, ahora que vendría el duelño directo tenían que impresionarlo.

Por que dios, para acabarla, la mayoría de los negocios de ese centro eran también de él, ya sea líneas de ropas, perfumes, tiendas de deportes, y eso les sorprendía a la gente, por que no sabían en que momentos la familia Todoroki se movía tan rápido y eficaz.

Un día antes de que la fiesta se diera, pusieron carteles por las redes sociales y afuera de la gran zona para que sus clientes vieran que al día siguiente no abrirían. 

Eran cerca de las seis cuando el supermercado que poseía estaba lleno, las cajas tenían terriblemente filas que parecían no avanzar y las personas estaban hartadas de que tanta gente hubiese. Aunque eso sí, agradecían que los cajeras fueran movidas y rápidas.

Muchos no sabían exactamente si ese día llegaría el señor Todoroki o mañana, lo único que sabían es que los nervios seguían y que al día siguiente debían portar sus mejores ropas.

—¡Hay mucha clientela! —rió un muchacho con nervios por empacar rápido mientras casi quería llorar por tanta presión. —Espero no te asustes, chico nuevo. —La carcajada que sacó el joven de cabellos puntiagudos fue un poco más de jubilo mientras le sonreía a la gente que pasaba naturalmente.

Respiró hondo, por que mientras él no podía con velocidad empacar tantas cosas, su nuevo compañero empacaba con una rapidez que consideraba sobrehumana y que claramente se veíz con mucha experiencia.

—Sabes, ambos somos pelirrojos, pero yo digo que tenemos diferentes tonos de rojo. —comentó para no aburrirse mientras más y más mercancía pasaba en sus manos y las guardaba en bolsas que los mismos clientes les daban, para ayudar al planeta. —Yo soy como rojo vivo. Y tu eres como rojo... —Lo observó y sonrió. —Rojo vino. Ash, el tuyo esta más increíble. —Rio divertido mientras rascaba su nuca al admirar los ojos heterocromáticos viéndolo con seriedad.