Capítulo 3

3.2K 188 34
                                    

-¡Ryan!-grito desde el baño.

Siento sus pasos aproximarse. -¡No vengas!-agrego rápidamente.

-Bien, ¿Qué sucede?-pregunta, lo escucho detenerse.

Entonces caigo en la cuenta. Si comienzo con vergüenza y esas cosas, iremos a las bromas y seremos amigos...no, claro que no. Colocando mi mejor cara de "chica no me importa nada" y con un gran suspiro, salgo del baño. Así como estoy.

Él está sentado en uno de mis sofás burdeos, cuando me ve sus ojos se oscurecen, pero aprieta sus labios absteniéndose de la sonrisa que quiere abrirse paso.

-No es nada que no hayas visto, todas las mujeres tienen lo mismo...-digo con indiferencia mientras camino a mi habitación, una vez que estoy allí dentro, cierro la puerta calmadamente, cuando esta está cerrada me tiro en mi cama gritando contra la almohada.

Nunca me he sentido intimidada por un hombre y Ryan no me gusta ni nada, pero con solo mirarme pareciera que puede descubrir todo sobre mí y eso no puede pasar. Es como si supiera todo, me hace vulnerable.

Con escalofríos por esos pensamientos, me coloco unos pantalones de chándal, y me hago una cola de caballo, cuando estoy lista salgo de la habitación con las manos en mis caderas.

-¿A qué has venido?-pregunto de inmediato tomándolo desprevenido.

-Con este son cuatro días que no vas a la universidad, no has contestado mis llamadas, y por si no lo recuerdas, tenemos un trabajo que hacer...-me sonríe dulcemente.

Le entrecierro los ojos, sus escusas son creíbles, pero ¿Cómo supo donde vivo?

-¿Cómo sabias que vivía aquí?-Ya cansada de estar de pie, me siento en el sofá frente a él.

Se encoge de hombros-Te eh seguido desde que llegaste a la universidad...-sus palabras son tan intimidantes que por un momento las creo y junto mis cejas horrorizada.

Él rompe en un ataque de risa, mientras dice:-¡Dios, tu expresión!

Solo aprieto los dientes. –Estoy siendo amable en dejar que estés aquí,es mi espacio ¿recuerdas?

-Creo que podría invadir tu espacio nuevamente...-murmura.

-Pero sin embargo todavía no me contestas, ¿Cómo sabias donde vivo?

-Tu licencia de conducir ¿recuerdas?

Sí, por supuesto que recuerdo, el primer día, cuando el muy idiota me quito mi bolso para saber mi nombre.

-¿El muy idiota?-pregunta frunciendo el ceño.

Ups. Voz alta nuevamente.

-Bien, haremos el trabajo y después te iras-digo levantándome para ir por mi cuaderno con los apuntes.

Dos horas y media después mi cabeza estaba que explotaba. Dios, este profesor está loco, información de esto, de aquello, de esto otro. Gracias a dios, ya está terminado. Y Ryan todavía no se marcha.

Mi celular comienza a sonar, <<Sarah>>, rechazo la llamada pero sigue insistiendo, así que apago el celular. Ha llamado toda esta semana, pero no quiero hablar con ella.

-¿Novio posesivo?-bromea Ryan, que ahora está en la cocina.

-No...y ¿Qué haces en mi cocina?-frunzo el ceño.

-Preparándome algo para comer ya que tú no me has ofrecido nada. Dios chica, espere por una hora para ver si tu corazón se ablandaba y me dabas algo pero mi estómago ya no aguanta más, así que...-se encoge de hombros-...me invite comida yo solo.

Sweet Bitch © [ Terminada y en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora