Capítulo 12

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Dani está en el piso al lado de las escaleras sangrando, muriendo. Hay otra yo llorando a su lado y rogándole que despierte, pero yo sé que él no lo hará, no despertará, ya viví esto. No quiero repetirlo. Mis padres corren a mi lado, me atraviesan, como si yo no estuviera aquí.

-¡Bree...!-le grito a mi yo de catorce años que acaba de ser empujada por Sarah.

Ella llora sin parar, corro hacia Dani para ver si tengo la oportunidad de ayudarlo. Intento tocarlo pero no siento sus manos, no puedo.

-¡DANI!-grito con la esperanza de que escuche. Pero nada. A mi lado la pequeña Bree llora sin parar mientras la que alguna vez fue su amada madre la insulta.

-¡NO FUE SU CULPA!-grito mientras ciento que lagrimas corren por mis mejillas. Pero no me escucha, ella sigue insultando a Bree, ahora la golpea.

-¡DÉJALA MALDITA SEA, NO FUE SU CULPA!-grito yendo a su lado y tratando de quitarle a la chica de catorce años que una vez fui. Pero nadie me escucha o hace caso.

-Bree, no fue tu culpa, por favor, defiéndete...-le susurro en su oído mientras solloza, pero me ignora.

Los paramédicos entran en la casa, se dirigen al cuerpo de Dani rápidamente.

No, no, no. No me quiten a mi hermano nuevamente. De forma desesperada voy a su cuerpo e intento tomarlo pero no puedo, es como si mis manos estuvieran hechas de aire.

-¡DANIEL!-grito cayendo de rodillas.

Lo pierdo nuevamente.

-¡Bree...!-escucho que me sacuden de forma suave pero exigente. No, yo quiero a Dani.

-Dani...-murmuro. Lo perdí de nuevo.

-¡Bree...!-esta vez es un grito fuerte. Abro mis ojos sobresaltada sentándome rápidamente en mi cama y mirando a todos lados buscando con desenfreno a Dani.

Unas manos toman mi rostro y lo dan vuelta haciéndome quedar frente a frente con hermosos ojos verdes, que me hacen imaginar la selva.

-Bree...-susurra Ryan.-Estas bien, solo fue una pesadilla. -su voz logra calmarme por unos segundos, pero los fragmentos de la pesadilla me llenan haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas que salen como chorros de agua.

-Cariño...-murmura suavemente con sus ojos llenos de preocupación y ternura. Me envuelve en sus brazos y comienza a subir y bajar su mano por mi espalda. –Tranquila...-besa mi cabeza.

Mis lágrimas son silenciosas, me aferro a él y continúo derramándolas sin emitir sonido alguno. Ryan me ha visto caer varias veces, me ha visto llorar, gritar, riendo, ebria...Dios, este chico me conoce mejor de lo que me conozco yo misma. Me alejo limpiando mis mejillas con la mano y aspirando los mocos. Que señorita.

-Yo...lo siento...-digo las palabras sin pensarlas. ¿Desde cuándo digo "lo siento"?

Él no responde, solo besa mi frente y vuelve a abrazarme. Más lágrimas amenazan con salir pero no las dejo.

-¿Quieres hablar sobre la pesa...?

Lo corto de inmediato. –No. No puedo....-mi voz sale titubeante.

-Bien, entonces no. Bueno cariño, cambiando de tema, ve a ducharte y arreglarte porque vamos a salir...-dice con una hermosa sonrisa.

Sus palabras me sorprenden-¿Vamos a salir?-frunzo el ceño.

Asiente lentamente.

-Iremos a la casa de mis padres...-su expresión me dice que espera que no me niegue, pero, ¿Por qué iremos a ver a sus padres?

Sweet Bitch © [ Terminada y en edición]Where stories live. Discover now