Capitulo 22

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Alexander

No siento mis pies en la tierra. La oscuridad me esta elevando y me da vueltas en círculos.

-¡SALVE NUESTRO REY!- escucho las voces de los chicos.

-¡Alex baja!- escucho gritar a Thaison, pero su voz era mucho más baja que la del resto.

-¡VIVA EL REY!- se escucha con más intensidad y ahora no son solo las voces de los chicos. Eran muchas mas que ya ni podia identificarlas.

-¡VIVA EL ÚNICO!- ahora eran miles de voces gritando al unísono.

El sonido era aturdecedor, intento taparme los oídos pero no siento mis manos. Es como si no tuviese y fuese solo pensamientos.

Luego de varios gritos, la voz de Thaison era nula. Ya me estaba cansando y aturdiendo. Cada vez se escuchaban más voces y más fuerte los gritos.

Eran miles de voces diferentes alabandome.

-¡SILENCIO!- grito y al momento dejo de escucharlas.

-Bienvenido mi Rey- ahora es una voz muy familiar la que escucho. Una voz algo aguda, una voz que nadie quería escuchar.

Una luz aparece en medio de la oscuridad de donde provino aquella voz. Una luz blanca que no disipaba toda la oscuridad pero iluminaba lo suficiente para ver un chico de espaldas.

-¿Quién eres?-.

-¿Eres tan idiota de no poder reconocerte a ti mismo?- un escalofrío me recorrre la espalda al verlo a William. Si, a mi mismo antes de que todo esto comenzara.

-¿Quién eres enserio?- William estaba muerto.

-Soy lo que queda de William, la pequeña parte de su alma que se aferra a ti-. Su voz era neutra, no demostraba emociones.

Eran las mismas facciones pero tenia cadenas en las manos y las piernas, como si estuviese prisionero. Sus ojos eran negros, todos negros. Tenia cortes por todos lados, pero no los que yo me hacia en diferentes partes de mi cuerpo porque lo odiaba. Eran otros cortes, más profundos y recientes.

-Tu... no puede ser, es una ilusión- digo con miedo. Yo sin embargo no podia moverme tampoco. Tampoco podia cerrar los ojos, simplemente estaba viendo todo.

Tiro un par de cantos para escapar pero eran inútiles.

-¿Eres feliz?- aquella pregunta atraviesa mis pensamientos. Vuelvo a mirarlo a los ojos. Nostalgia. Pena. Tristeza. Odio.

Sentimientos que recorrían mi mente y pecho al verlo a él. Aquellas noches de llanto, aquellos gritos desesperados. Esperando que alguien apareciera, rezandole a Dioses inútiles que nunca me ayudaron. Todos reflejados en aquella mirada ahora oscura pero seguia siendo la misma. Aquella mirada de alguien que tenia una última esperanza y se estaba rindiendo.

-Estoy mejor que antes- aún no me sentia satisfecho al 100% pero esta vida es algo que nunca me hubiese imaginado. Me mira y asiente.

-Me alegro entonces. Ni tu me necesitas ahora, nadie lo hizo nunca- aquellas palabras se sintieron como un golpe en el pecho. Quisiera negarlo pero estaría mintiendo. Después de todo yo también me odié. Me odié más que nadie.

-¿Qué hago aquí?- trato de no mirarlo a los ojos. Era como sentir pena de mi mismo.

-Es una despedida, ya no me necesitas más- su cuerpo se va deshaciendo en polvo lentamente. A medida que este caía, recuerdos de mi vida como William pasaban por mi cabeza, recuerdo y emociones de todo lo vivido, personas, familiares, palabras, golpes, hasta que se formó una pila con todo el polvo.

Pacto con el Diablo (Gay)Where stories live. Discover now