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Tendō había escuchado de sus colegas el hecho de que Tsukishima ya no regresaría a trabajar, ese fue un golpe que le dejo algo triste pues, a su parecer, el rubio era un buen trabajador y un exelente acompañante, más que las chicas que tenía a su lado en las noches de copas y en la oficina.

– Tsukki...– Sus mano fueron directamente su pecho, arrugando su camiseta. Era doloroso tener un amor a primera vista, un amor que desde hace años no pudo olvidar.

Tendō seguía siendo el mismo chico que en preparatoria aunque un poco más responsable con los que lo rodeaban, era un chico bueno, un "adulto" que pensaba antes de actuar pero ahora no, ahora estaba comprando boletos para ir con Tsukishima.

– Tendō, es hora de regresar al trabajo ¿Tendō? – Uno de sus colegas le vio un tanto pensativo y solo se acerco a verificar si lo estaba. Tendō veía por la ventana de aquel edificio el logo de la empresa donde trabajaba su platonico, no era la misma pero tenía las mismas sucursales, entre ellas el contrato se centraba entre sus dos potencias, la empresa en la que asistía Tsukishima y la de Tendōm

- Necesito verlo, necesito estar con él... Déjame ir por unas semanas– Suplicó.

– Satori – Habló su jefe– No es nuestro asunto ¿Entiendes? Lo único que debes hacer eso concentrarte en el trabajo.– Conocía a Tendō y también su intento de dejarlo todo e irse al lado de ese chico rubio.

– Lo sé, se que no lo es pero al menos déjame ir, soy un excelente trabajador... Soy mejor que tu hijo, por favor déjeme ir.– Está vez estaba suplicando, dejando de lado el hecho de que solo era un empleado pero tenía que ir a donde su amor le indicaba.

– ¿No dejaras de hacerlo, verdad?– El anciano emitió un pequeño sonido en forma de derrota, si era lo que su empleado y casi hijo quería, lo aceptaría- Sólo una semana, no más ¿Entiendes?

– ¡Gracias! – Sonrió. Volvía a ser o recuperar un poco del antiguo Tendō, el cual comenzaría a hacer su maleta para irse de viaje.





Tsukishima era Tsukishima, un chico del cual tuvo que ganarse su confianza poco a poco, era muy ácido, distante pero aún así supo como amarlo, cuidarlo y darle su espacio... Pero ahora no podía, Kei lo había corrido de la habitación diciéndole que no quería ver su rostro y no se atrevía a entrar ahora que el rubio sería dado de alta.

– ¿Por qué?– Tocó el pomo de la puerta con su derecha, recargándose al mismo tiempo que su mano izquierda golpeaba ligeramente en ella, apretado sus labios, la frustración de no hacer nada por su esposo, el ser la razón por la cual Kei estaba así y como Bokuto estaba aprovechando todo eso.– Maldición.

– Maldecir no ayudará a que Tsukishima logre recordarlo– Hablo Akaashi, siempre visitaba a Tsukishima y junto con el un ramo de girasoles que tanto le gustaban al rubio– El doctor dijo que tal vez pueda y tal vez no, pero estar así no es correcto, usted fue el culpable– esbozó una sonrisa algo orgullosa por sus palabras, Akaashi sabía lo que Kuroo tenía con esas mujeres que le visitaban por las noches, además de ese secreto que guardaba.

– En tus sueños Akaashi ¿Crees que Bokuto es mejor que yo para estar con Kei?.

– Bueno – Esperó a que Kuroo se alejara de la puerta y cuando lo hizo lo dijo.– Bokuto es perfecto para Kei, él a diferencia de ti le fue fiel durante todos estos años, y eso que solo son amigos, imagínese si fueran pareja.

–Kei me pertenece.

– No es un objeto. Tsukishima es libre de estar solo o incluso con alguien más, perdió mucho contigo y ahora necesita recuperar el amor con Bokuto, o con alguien más.

Kuroo no contesto nada, se dispuso a dar la vuelta y salir de ese lugar, Akaashi podía ganar ese día pero no perdería ante ese chico, ante su mejor amigo, su hermano.

Akaashi abrió la puerta y observó como Tsukishima tenía puesta su ropa casual, su madre le hizo el favor de traerla para él.

– Akaashi ¿Bokuto está contigo? Dijo que vendría por mi ya que es mi último día aquí – Se notaba feliz y eso le agradó al pelinegro, ver la misma sonrisa en Tsukishima.

– Tal vez lo hayas olvidado pero Bokuto juega en un equipo de voleibol por lo que no vendrá, pero en su lugar vine yo y te traje esto... Es de parte de Bokuto– Akaashi le extendió una cajita negra con un girasol dibujado a mano, Bokuto era así, tan sencillo, infantil y romántico a la vez.

– Gracias– Murmuró mientras tomaba esa cajita entre sus manos, comenzando a abrirla.– Ese búho – Dijo tras cerrarla y suspirar, observo al mayor y se levantó de la camilla.– Mamá dijo que me quedaría en un departamento junto con Kuroo, como amigo de la familia dijo que yo vivía con él. Aún no termino de creer eso pero bueno.

– Tal vez deberías quedarte con Bokuto, su casa no es tan grande pero al menos para dos personas está bien.

– No, no quiero causarle problemas a Bokuto, me quedaré con Kuroo solo por unos días, es algo incómodo y no me agrada mucho la idea pero, siento que... Es normal... –No encontraba las palabras adecuadas, no cuando vagos recuerdos llegaban a el– Me quedaré con él.

– Si es lo que deseas, Kuroo espera por tí afuera del hospital, el te llevará ya que yo solo vine para darte el presente de Bokuto.

– Gracias, solo espero que las cosas salgan bien con Kuroo, a veces me da algo de miedo.




Edit: Tendō, amate un poquito mi Rey 😔🤙
Kuroo ctm
Bokuto t amito

Kahfkakf ¿A qué quería llegar con la historia? No recuerdo.

Pequeñas cosas que nos hacen llorar. [En Pausa]Where stories live. Discover now