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A este punto Tsukishima estaba seguro que sus recuerdos no volverían, los días y semanas seguían pasando sin ningún cambio, o al menos no era un cambio para el y Kuroo, su relación iba de lo más normal y eso le agradaba hasta cierto punto.

– De acuerdo, saldré contigo pero con una condición.– Estaba realmente loco por aceptar la propuesta.

– ¿Si?

– Sé cuales son tus intenciones, Bokuto hace lo mismo pero al menos él es adorable y todo un caballero, así que saldremos como amigos y solo eso, las relaciones entre tú y yo están prohibidas ¿Te lo dije no? Aquella vez dije que te odiaba y más por las palabras que salieron de tu boca.– Suspiró, tomando su taza de té para después levantarse del sofá e ir a la cocina, Kuroo le siguió.

– ¿En verdad me odias? Ni siquiera tienes recuerdos entre nosotros y ya dices que me odias, en verdad eres raro.

– Por alguna razón, todo mi cuerpo siente lo mismo, dice que me aleje de ti lo más rápido posible. Así que... Esperaré por esa cita en la que tanto insistes y después demostraré que yo siempre tuve la razón al odiarte.

– Kei... – ¿Podría mentirle ahora? Su esposo no recordaba nada así que era una excelente idea. – Nosotros salíamos a lugares que te gustaban. –Eso era cierto– Siempre estaba contigo y nunca te dejaba en segundo lugar – Y eso era mentira, no salía con el por su trabajo y cuando tenían tiempo libre solo se la pasaba hablando de su trabajo, el como su jefe lo quería demasiado y sus compañeras lo adoraban.

– Por el momento quiero que sea una cita de amigos– Si al menos eso existiera, pero no, sus citas solo se limitaban a ver a Bokuto, a abrazarlo y sentirse seguro entre sus brazos, porque si, Bokuto era un hombre perfecto ante sus ojos, le podía bajar el mismo cielo y Kei no le darían náuseas porque eso fuera demasiado cursi.

– De acuerdo, por cierto... Tus padres quieren verte, hablaron conmigo cuando salí de la oficina así que si quieres ir, por mi no hay ningún problema.

– Iré ahora, la cita será mañana al medio día, así tendremos el resto del día y la noche para nosotros – Dejó la taza de té en lavabo, paso por la sala donde tenía una sudadera negra con un búho de estampado en su pecho -regalo de Bokuto en su primera cita- algo pequeño pero que significaba mucho para el. Al tomar la prenda se dirigió a la salida de su departamento para colocarse sus zapatos.

– ¿Necesitas que te vaya a dejar? – Kuroo solo se asomó para hacerle esa pregunta.

– No es necesario, le llamaré Bokuto.– Tal vez podrían ir caminando, tomados de las manos hasta llegar a la casa de sus padres.

– Él se fue por un partido con su equipo.

– Bien, a Yamaguchi– abrió la puerta, maldiciendo por debajo a Kuroo.

– A esta hora debe estar trabajando.

– Entonces a Akaashi ¿O dirás qué también está ocupado? – Le estaba colmando la paciencia, algo que no tenía en ciertas ocasiones y que solo lograba Kuroo– déjame solo por unos minutos, Kuroo. Nos vemos mañana, no me sigas molestando o juro mandarte a la mierda.

El azabache solo observó como Kei se iba de su departamento así como la vez en que le descubrió con su amante, era estúpido y sus amigos se lo decían una y otra vez, Kei era lo mejor del mundo y no supo valorarlo, era especial y por eso lo cortejó como debía ser.

– Aunque nosotros no estuvimos siempre juntos, Tsukki.

En ese tiempo los dos experimentaron la soledad, el amor, las desgracias... Y el amor propio.


« Gracias por leer»

Edt: Abandonamos al hasta el capítulo 20, amén.

Pequeñas cosas que nos hacen llorar. [En Pausa]Where stories live. Discover now