«Capítulo 8»

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Lo habían atrapado.

Jisoo estaba delante de Jeonghan con los brazos cruzados sobre el pecho. Al castaño se le caía el alma a los pies.

—Puedo explicártelo.

—No hace falta —el vampiro se fijó en el broche negro de piedra tallada que el contrario aún llevaba prendido y era un hecho que había deducido que era un regalo de Seungcheol, ya que no se lo había quitado en todo el curso pasado—. ¿Han estado juntos todo este fin de semana?

—No es asunto tuyo —respirando hondo, Yoo intentó mantener la calma—. Te prometo que no le he contado nada de nosotros que él no supiera. Seungcheol ya no está haciendo de espía para Adamās.

—¿Como hizo el curso pasado?

Por desgracia, tenía razón.

—Tú no lo entiendes. Él no quería mentirme, pero lo enviaron aquí en una misión.

—Una misión que él llevó a cabo, y no le importó tener que utilizarte para conseguirlo, ¿Eh? —Jisoo exhaló bruscamente, como si tuviera algún dolor físico—. No estoy enfadado contigo, Jeonghan. Estás enamorado por primera vez y no ves con claridad.

—Por favor, escúchame.

—Tranquilo, yo me ocuparé de esta situación. Todos nos ocuparemos.

La sangre se le congeló.

—¿A quién te refieres con «todos»?

—A las personas que te queremos de verdad.

Una vez dicho aquello, fue a darse la vuelta, pero el castaño lo agarró por el brazo para impedírselo.

—No se lo puedes decir a mis padres. No se lo puedes decir a nadie —suplicó Jeonghan.

Hong le puso las manos en los hombros como si estuviera consolándolo en lugar de destruyéndolo.

—Algún día comprenderás que lo hice por tu bien.

Cada vez que alguien le había dicho aquello, no tenían ni idea de cuál era realmente «su bien». Molesto, Yoon lo empujó con tanta fuerza que retrocedió un par de pasos.

—Estás celoso, por eso lo haces.

Incluso antes de terminar, supo que era mentira. La única respuesta de Jisoo fue echar a andar hacia Septendécim, a lo que Jeonghan se apresuró para correr a su lado respirando entrecortadamente.

—No es lo que crees. Seungcheol me quiere. Quiere estar conmigo y nos da igual ser distintos. Eso no tiene que ser importante, no si nos queremos lo suficiente.

—Es la primera tontería que te oigo decir desde que te conozco, y espero que sea la última —el vampiro apartó una rama baja de pino para que el otro pudiera pasar, aunque se negó a mirarlo directamente a los ojos—. Si él fuera cualquier otro humano o algún alumno, ¿Crees que me importaría?

—Sí —Jisoo podía no estar haciendo aquello por celos, pero eso no significaba que no los tuviera.

—Está bien. Me importaría fuera quien fuera, pero no me entrometería, ni tampoco lo haría nadie más. Él no es un chico cualquiera, es un miembro de Adamās, lo cual significa que está loco por destruirnos. No se puede confiar en alguien como él.

—¡Tú no lo conoces! —gritó el castaño en respuesta. Ya no le importaba que lo oían, no estando Jisoo a punto de contarlo todo. Todo estaba a punto de estropearse para siempre, y se sentía tan enfadado y asustado que no podía pensar con claridad—. ¡No sabes lo que hizo anoche!

Crescent Moon ➳ SeventeenWhere stories live. Discover now