«Capítulo 10»

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El temido encuentro que Jeonghan había estado esperando ocurrió al día siguiente, cuando salía de la Biblioteca con retraso. Echó a correr por el pasillo cuando aquella voz lo detuvo.

—Qué prisa tiene, joven Yoon —la señora Ha lo escrutó de arriba abajo con su penetrante mirada—. Actúa como si hubiera visto un fantasma —el menor se limitó a mirarla. Por suerte, no parecía esperar una respuesta—. En algún momento deberíamos hablar de lo que vio arriba.

—Se lo he contado todo a Jisoo. Si ha hablado con usted, ya sabe tanto como yo.

—¿Ha mencionado este asunto a sus otros compañeros? ¿A sus padres?

—No —aquello no era del todo cierto. Se podía decir que se lo había mencionado a Boo, o al menos lo había intentado, pero dado que él se negó a escuchar, el castaño suponía que había guardado el secreto bastante bien.

—Bien. Asegúrese de no hacerlo. Estoy segura de que ha sido un acontecimiento aislado. La gente se comporta de un modo muy irracional cuando se le menciona lo sobrenatural.

Por una vez, él estaba de acuerdo con la señora Ha. Una simple pregunta sobre un fantasma había puesto de los nervios a Seungkwan. Lo último que necesitaba era que a sus padres les diera por sobre protegerlo.

—Sí, señora. No diré ni una palabra.

La rectora sonrió con complicidad.

—En reconocimiento a su discreción, no lo castigaré por haber infringido las reglas al colarse en el archivero durante la noche. Pese a su falta de control, este me parece que va progresando. Al menos, esta vez sus inclinaciones amorosas han recaído en un candidato más merecedor.

Aquello era un ataque a Seungcheol, pero mantuvo la calma.

—Jisoo es gentil. De hecho, tengo que reunirme con él en unos minutos para ir a cenar con mis padres.

—No quiero entretenerlo más, y salude a sus padres de mi parte.

Jeonghan asintió y se alejó a toda prisa. Aunque probablemente solo fueran imaginaciones suyas, habría jurado que notó ojos de la mujer clavados en su nuca hasta llegar a su habitación.

Seokmin no estaba y Seungkwan no dijo nada cuando entró. Se limitó a volverse hacia la pared y siguió leyendo una de sus revistas. El mayor no se molestó en intentar darle conversación. Si quería comportarse así por una sola pregunta estúpida, allá él.

Se puso a rebuscar en el cajón de su cómoda donde guardaba su ropa.

«¿El jersey de cuello alto blanco?
No, lo llevé con Seungcheol el año pasado y no me parece bien llevarlo con Jisoo.

¿El abrigo verde?
Demasiado fino, y a estas alturas del año allí arriba hace mucho frío.

¿El jersey negro de cuello de pico?
Es anticuado, y tiene que parecer que me preocupé por verme bien para la cena»

—Normalmente, no te molestas en cambiarte de ropa para cenar con tus padres —dijo el rubio de repente. Por el eco, Yoon supo que seguía de cara a la pared.

El mayor dejó de rebuscar en el cajón, no sabiendo cómo reaccionar. Era la primera vez que Seungkwan le daba conversación desde la mención de los fantasmas y se sintió aliviado, pero también enfadado por estarlo, porque él era el que se había estado portando mal. ¿Por qué se sentía como si fuera él el que debía estarle agradecido?

—Hoy voy a ir con Jisoo —no lo miró mientras cogía un jersey blanco.

—Ah, los vi juntos el otro día. Pensé que a lo mejor había algo.

Crescent Moon ➳ SeventeenWhere stories live. Discover now