«Capítulo 19»

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Seungkwan se estiraba sobre su cama cuando Seokmin abrió las ventanas para dejar entrar la brisa del exterior.

—Gracias a Dios. Por fin ha llegado la primavera —dijo el rubio—. Si me hubiera despertado una mañana más y hubiera visto carámbanos, les juro que habría apuñalado a alguien con uno.

—¿Podemos no hablar de apuñalar a la gente, por favor? —Lee dio un salto y se abrazó a sí mismo—. Jeonghan, ¡Dile algo!

El mencionado estaba enroscado en su cama, con el mismo pijama que había llevado durante todo el fin de semana, hojeando una de los mangas de sus amigos. Sin embargo, no estaba muy concentrado en ello.

Boo le bajó el manga para poder mirarse a la cara.

—¿Recuerdas hace unos meses? —preguntó en voz baja—. ¿Cuando era yo el que se escondía en su habitación y fuiste tú el que me sacó del pozo? Ahora es lo mismo, pero al revés.

—No necesito que me saquen de ningún pozo.

—Hey, baja de las nubes. Desde hace un mes, eres una especie de zombi.

«Vampiro, no zombi»

Ese comentario le hizo sonreír un poco.

—Solo necesito tiempo para ordenar mis pensamientos. ¿De acuerdo?

—Un par de días tiene un pase, y hasta un par de semanas, pero llevas así casi un mes. Hasta tus pensamientos deberían estar ordenados —se levantó de su cama y le hizo una seña al otro para destapar juntos al mayor.

—Levántate y dúchate, que hueles a pedo —dijo Seokmin luego de taparse la nariz.

—Solo me he saltado un día —protestó Jeonghan.

—Me da igual lo que haya tardado esta peste en atufar la habitación. Solo sé que aquí hace peste y que tiene que desaparecer —sopló en la cara al castaño.

El hijo de los vampiros se movió, dándose obedientemente una ducha y regresando a la habitación para encontrarse a sus amigos haciéndole la cama. Habían escondido los mangas y las revistas.

—He preparado una ensalada de atún —dijo Boo mientras alisaba una de las sábanas—. Para el almuerzo. Nos la podemos comer al aire libre. Se lo podemos decir a Jisoo, a Mingyu y a Wonwoo. ¿Qué dices?

—¿Quieres comer al aire libre? —hasta Lee se sorprendió.

—Pareces otro —rió el mayor de ellos.

—Y tú —señaló el rubio—. Mientras las cosas no vuelvan a la normalidad, no me queda más remedio que igual o más animado que Seokmin. Lo haré por ti.

—Bien —el castaño iba a tener que comer en algún momento. Aunque la sangre cada vez era una parte más importante de su dieta, aún necesitaba comer.

—¿Vas a decirme de una vez por todas qué mosca te ha picado?

—Probablemente, no —¿Cómo iba a contarle Jeonghan que estaba disgustado por perder a Seungcheol? Que ellos supieran que lo había perdido hacía casi un año, no el mes pasado—. Chicos, no es que no confíe en ustedes. Es solo que no quiero decirlo en voz alta, ni siquiera quiero oírme diciendo las palabras.

—Tranquilo —Seokmin le puso una mano en el hombro—. Vamos a sacarte afuera.

El grupo de amigos comió en los jardines del Internado. Hablaron principalmente de exámenes parciales y chismes. Jisoo estuvo sentado cerca de Jeonghan, sus brazos rozándose a veces, y la presencia del primero tranquilizaba al segundo.

Crescent Moon ➳ SeventeenWhere stories live. Discover now