«Capítulo 14»

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En una voz aún más baja, el vampiro continuó hablando.

—Prueba a ver cómo muere tu hermana pequeña, a no poder hacer nada para salvarla y entonces dime que no te pasarías toda la eternidad intentando compensar eso. Cuando hayas hecho todo eso, Choi Seungcheol, entonces me podrás hablar de elecciones. Hasta entonces, dime lo que necesito saber y por favor, no vuelvas a tocar ese tema.

—Déjame en paz —dijo el pelinegro más calmado—. Lo entiendo, ¿Bien? Todos hemos tenido momentos difíciles, y en serio lo siento —se sacó un cuadernillo del bolsillo de su abrigo y se lo dio—. Ten, aquí hay información sobre Charity. Solo son notas de las batidas que hemos llevado a cabo últimamente. Esos «amigos» con los que va, ¿Tienes alguna idea de quiénes pueden ser?

—No — respondió hojeando el cuaderno, escrutando las páginas en busca de más pistas acerca del paradero de su pariente.

—Probablemente la mayor parte de los detalles de este cuadernillo no te sirvan de nada, pero puede que haya algo. La próxima vez, juntaré todo lo que tenga de ella e intentaré ponértelo de una forma que te haga más fácil encontrar alguna pauta —tras unos segundos, el humano añadió—: Espero que te sea útil.

—Gracias —contestó con sincero agradecimiento.

En el tenso silencio que siguió, Jeonghan intentó pensar en algo que decir después de lo que acababa de saber sobre el pasado de Jisoo, pero las palabras no le parecieron apropiadas, de manera que le dio un abrazo.

—¿Te encuentras bien?

—Gracias, pero sí lo estoy. Me iré al cine a ver algún clásico, ¿De acuerdo? —Hong también lo abrazó durante el tiempo suficiente para que el pelinegro los observara—. Ya nos veremos dentro de dos horas. Por favor, ten cuidado y sé puntual.

Después de asentir y separarse, la pareja se alejó hacia la camioneta de la madre del mayor, quien al notar la expresión de su novio, no pudo evitar preocuparse.

—¿Estás bien? —cuestionó una vez se hubieron abrochado los cinturones.

—Sí, pero estoy preocupado por Jisoo. No tenía idea de nada. Nunca me había contado que le había pasado eso y no puedo ni imaginarme lo horrible que debió de ser.

—A mí me han perseguido vampiros desde que nací, no necesito imaginármelo.

—Sé que algunos de los nuestros son asesinos —dijo el menor en voz baja—. Lo sé desde hace tiempo, pero no todos lo somos.

—Sí, eso lo veo. Lo que ninguno de los dos sabe es qué hay de verdad en las consignas que nos han enseñado nuestros padres o en dónde está el equilibrio.

El castaño suspiró.

—No quiero seguir hablando de esto, ¿Si?

—Me parece bien.

—Y bueno, ¿A dónde me estás llevando? —los faros de la camioneta iluminaban la carretera por delante de la pareja, pero no era ningún lugar de la plaza que Yoon conociera. Estaban subiendo por una fuerte pendiente.

—No te preocupes, mi pedacito de cielo —Seungcheol sonrió cuando el menor rió por aquel apodo tan cursi—. Estarás de vuelta antes del toque de queda. Nuestro destino final es una sorpresa, así que no puedo decirte nada, quiero que lo veas.

Pese al clima de tensión que se había creado antes, Jeonghan finalmente se pudo sentir calmado y nuevamente feliz.

—¿Me darías una pista?

—Lo sabrás cuando lleguemos allá —guiñó el mayor.

Y fue tal y como lo dijo.

El observatorio era un silo de madera viejo y pequeño con un tejado verde de cobre por cuyo centro asomaba el objetivo de un telescopio. Cuando el más delgado abrió de sobremanera sus ojos, el otro sonrió.

Crescent Moon ➳ SeventeenWhere stories live. Discover now