«Capítulo 18»

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La señora Ha caminaba con lentitud al frente de la clase.

—Antes de nuestra próxima clase, espero que revisen las partes de la obra que tratan sobre la irascibilidad de Otelo. También veremos cómo se relaciona eso con la cuestión racial en la obra. Pueden marcharse.

Los alumnos miraron a su alrededor, asegurándose de que habían oído bien.

¿La señora Ha, dejándolos salir de clase antes de que fuera la hora? Solo faltaban diez minutos para que sonara el timbre, pero para la rectora, era lo mismo que cinco horas. Despacio, la gente empezó a recoger sus libros, como si estuviera esperando que la mayor cambiara de opinión, pero no lo hizo.

Jeonghan cerró su cuaderno y se lo metió en la mochila, con tantas ganas de escapar como cualquiera, hasta que la señora Ha le dirigió la palabra.

—Joven Yoon, quédese un momento, por favor—cerró la puerta cuando el último alumno hubo salido—. Sus padres me han informado de que este fin de semana va a volver a salir del Internado con el joven Hong.

—Así es.

—He permitido estas salidas creyendo que él lo estaba ayudando a integrarse en nuestro mundo —se dirigió a su mesa con las manos entrelazadas. Sus uñas parecían más combadas que de costumbre—. Dado su reciente comportamiento con el fantasma que sus padres me han referido, dudo que sus salidas estén surtiendo el efecto deseado.

¿Los padres del castaño le habían contado a la señora Ha sobre el encuentro con el fantasma? Incluso, parecía que también le habían dicho que su hijo había hablado con ella, lo cual significaba que sabían que había mentido y no le habían dicho nada a Jeonghan, sino a la rectora. Él debería haberlo supuesto, pero, de todas formas, su traición a su confianza le dolió. Mantuvo la cabeza alta.

—No veo por qué hacerme vampiro significa que tengo automáticamente que hacer daño a cosas que no conozco.

La mayor ladeó la cabeza, escrutándolo con sus vivos ojos de pájaro.

—Hacerse vampiro significa aceptar que debe observar ciertas reglas. Nosotros somos más fuertes que los humanos, pero tenemos vulnerabilidades. Tenemos enemigos. Las reglas que lo protegen de esos enemigos se hallan entre las más importantes que va a aprender jamás.

—¿Cómo sabe que ella es mi enemiga?

—¿Cómo sabe usted que no lo es?

No se podía creer que fuera a terminar contándole aquello a la señora Ha, pero, por otra parte, ella ya lo sabía casi todo y probablemente era la única que tenía respuestas.

—Intentó comunicarse conmigo. Dijo que éramos iguales, ella y yo.

—Qué curioso.

—¿Qué significa? ¿Lo sabe?

—Cuando he hablado de curiosidad, joven Yoon, me refería a que es extraño que un muchacho como usted no reconozca que muchos adversarios inician sus ataques siendo amables. ¿Qué mejor modo de conseguir que un inocente baje la guardia? Tras su experiencia con Choi Seungcheol, había imaginado que no sería tan ingenuo —el castaño miró su pupitre, intentando disimular el malestar, pero por su tono de voz divertido, supo que no lo había logrado—. También imaginaba que su relación con el joven Hong lo ayudaría a olvidar por completo al miembro de Adamās. Quizá estaba equivocada.

—Él no forma parte de mi vida —qué terminantes parecían aquellas palabras—. Jisoo se ha portado muy bien conmigo.

—Qué poco aprecia lo que tiene —la señora Ha se alejó de su alumno con los tacones resonando en el suelo—. Puede irse.

Crescent Moon ➳ SeventeenWhere stories live. Discover now