BabyFélix | ʰʸᵘⁿˡⁱˣ 『𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡』

🏵️ | XII

—¿Lix ya no me necesita? —Preguntó HyunJin vestido con el pijama que había ganado en el parque mientras cargaba a un pequeño pecoso vestido con el mismo traje solo que de su tamaño. El menor jugaba con la cabeza del pijama de HyunJin mientras este reía y negaba con su cabeza.

—¡Ño, ya pue-edo bajar las e-escaleras solo! —Tartamudeó un poco viendo hacia los rasgados ojos de su mayor observando como parecían reflejar algo de tristeza, pero la sonrisa no desaparecía. Después de todo HyunJin se sentía extraño al saber que el bebé estaba creciendo.

—¿Ya puedes solito? —Volvió a preguntar abrazando al bebé el cual solo se recostó en su pecho mientras caminaban en la sala esperando a los demás.

—Ñ-ño lo sé… —Aquel cariño por parte del mayor le gustaba a Félix, hacía que su corazón se llenase de felicidad y querer sentir más de aquel olor que desprendía el mayor. Por eso estaba dudando en aprender a dormir solo, pero tampoco le gustaba estar solo un día con el pelinegro. El cariño que Félix le tenía a HyunJin era inocente sin saber el por qué deseaba estar más con el mayor que con los demás, aún era un cariño diferente el que tenía hacia él.

Se dejó caer en el sillón con el bebé en brazos mientras repartía pequeños besos en su cabeza y caricias en su espalda haciendo bostezar al pequeño. HyunJin cerró sus ojos mientras comenzaba a perderse en sus pensamientos.

¿Cuándo había empezado a ser tan cariñoso? ¿Cuándo había tenido la necesidad de estar así? ¿Por qué se sentía ligeramente vacío cuando no tenía al bebé en brazos? ¿Por qué a veces deseaba que no fuera un bebé y fuera Félix?

Extrañaba al de tiernas mejillas pecosas, entrañaba su risa, extrañaba sus largas pláticas en la noche y también el cómo su manita tomaba su grandes manos. No negaba que Félix siendo un bebé era sumamente tierno y dulce. Sus risas infantiles eran hermosas, sus pequeños dientes saliendo apenas, sus ojos al momento de cerrarse. Félix siendo un bebé era una belleza haciendo que no lo dejaras ni un momento. Te incitaba a protegerlo y cuidarlo.

“¡No se ría, Hyung!”

Su voz resonó en su cabeza llevándole a una de las últimas pláticas que tuvo con el menor en su habitación. Ellos dos en la cama viendo el techo, mientras las risas de Félix acompañaban a sus graciosos comentarios. Él acariciando sus pequeños dedos y comparándolos. Pequeños toques de amigos, se decía él.

Una sonrisa llena de paz se formó en su rostro. La voz de Félix le traía una paz, su voz al cantar, hablar o simplemente reír. Era una de sus preferidas, era de su gusto.

“Hyung, ¿A usted le gusta alguien?”

Aquella conversación fue la última que tuvo con él y aquel día pudo saber que a Félix le gustaba alguien, los celos se presentaron cuando describió a la chica, por que supuso que era una chica. ¿Por qué celos? Simplemente el hecho de que alguien más compartiera aquellas noches de desvelo que tenía con Félix le hacían enojar de cierta manera y no sabía el por qué.

“Tiene un carácter algo fuerte, tiene demasiado talento y es una persona magnífica, me alegra haber conocido a una persona tan maravillosa”

Un gruñido salió al recordar aquello, su respuesta fue un simple “No estoy interesado en nadie” haciendo a Félix quedar en blanco por un momento para luego recuperarse. Como algunas noches, se quedaron dormidos y como siempre al despertar el pecoso ya no estaba.