9. Jeno

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Desde la guerra no había vuelto a temerle a la oscuridad, en ese tiempo ella era nuestra más fiel compañía. Una simple luz era todo lo que el enemigo necesitaba para una emboscada, por ello los soldados en una trinchera venerábamos a la oscuridad. Recordaba pasar noches enteras rezando para que a ninguna luciérnaga se le ocurriese encender su pequeño bombillo.

También recordaba cómo podía escuchar con claridad las respiraciones pausadas de mi pelotón. No teníamos un gran entrenamiento, solo nos enseñaban a usar una máscara de gas y a disparar una escopeta sin irte hacia atrás.

Desde la guerra mis reflejos habían mejores, quizás porque en esos momentos de tensión, un segundo de distracción podía terminar con tu vida. Así que, cuando Taeyong entró en la sala, yo intuía lo que pensaba hacer.

Y lo hizo. El cuchillo afilado de carne fue sacado del cubiertero y apoyado contra mi cuello. Él era extremadamente delgado y unos centímetros más bajo, sin embargo, Taeyong tenía a favor años de asesinatos.

-¡Quién te crees que eres para indagar sobre mi maldita vida!

Le miré calmado, sabiendo que entre nosotros, Taeyng era el más centrado. Él podía matar por nosotros pero al igual que Hyuna, pensaba que debíamos ser como en una de esas familias del siglo pasado donde la traición era sinónimo de deshonra, deshonor, y castigada con el exilio.

Así que no me cortaría la cabeza con ese jodido cuchillo, pero, debía admitir que me mantuve alerta cuando el filo hizo escocer mi piel y la sangre resbaló por mi cuello. Al empujarle me percaté de que ni siquiera estaba ejerciendo presión. Se encontraba tan paranoico que no manejaba su propia fuerza y esta se estaba desvaneciendo.

El cuchillo tintineó al caer al suelo. Arrastré una silla y me senté mientras destapaba la cerveza que reposaba sobre la mesa. Ja, al mirarle de reojo entendí porqué Jaehyun le llamaba "gatito"... ahora mismo él era un gato crispado por el peligro inminente. Claro que no me tenía miedo, supuse que en realidad le aterraba lo que yo pudiese haber descubierto.

Aunque no descubrí nada.

-Solo le hice una pocas preguntas a Hyuna- observé la reacción que eso causó, un tic nervioso comenzó en su ojo derecho-. No me dijo gran cosa, solo que mi última pregunta le dejaba desconcertada.

-¿Qué mierda le preguntaste?

-Bueno, aprovecharé para preguntártelo ahora- me incliné hacia adelante, mis cejas frunciéndose al comenzar la pregunta-. ¿De qué forma puede ser que Jaehyun y tú estén conectados con Jaemin?

La vena de su frente saltó al igual que lo hicieron las de su cuello. Un sonido chirriante fue lo que escuché, él estaba apretando los dientes y astillándolos unos contra otros.

Se apresuró hacia mí apoyando ambas manos en la mesa, justo a los lados de mi cuerpo. Y su palma abierta arrastró mi cerveza hasta el suelo. Genial... era una de las caras.

-Escucha mocoso, no tienes permitido indagar o hacer teorías de mierda sobre mi vida. Bastante tengo con resolver los problemas de todos en esta maldita casa.

Sonreí, mis ojos volviéndose media luna, una sonrisa agradable que ocultaba lo perturbado que me sentía por la forma en que ocultaba ese secreto. Qué diablos tiene que ver Jaemin...

-Bien. Puedo preguntárselo a Jaehyun, lo vi demasiado ansioso por soltar la sopa.

Taeyong se irguió, su rostro delicado tornándose aún más sombrío si eso podía ser posible.

-Borra esa estúpida sonrisa. No hables con Jaehyun sobre esto- sus puños estaban temblando. De verdad era un gatito crispado-. Te contaré una parte de la historia, tu puedes sacar tus propias conclusiones- una tosca risa salió de él y si no fuese porque le conocía demasiado bien, hubiese pensando que se dio la vuelta para limpiarse una lágrima-Por suerte, no eres demasiado listo o no podría decirte nada.

Caelum ~ {Nomin/Markhyuck}Where stories live. Discover now