23. Jeno

15.6K 1.6K 7.6K
                                    


-Estas son las canciones con las que
escribí el capítulo-

-On a day like this - Drain
-Unchained melody - Righteous Brothers
-Don't forget me - Nathan Wagner
-You are the reason - Calum

Cuando se aceptan los matices grises que coexisten dentro de cada uno, se vuelve mucho más fácil sobrevivir al desastre.

Siempre había pensado de esa manera, hasta que este desastre llegó y no supe qué hacer con la forma en que estaba matando mi corazón.

-¿Dónde está?

La miré, con los ojos enrojecidos y el desastre arribando lentamente.

No necesitaba respirar, pero instintivamente quise que el aire se adentrase a mis pulmones, cómo un auto reflejo que sirve para aplacar el pánico burdamente humano esparciéndose en mi cuerpo.

Ella llevaba una bandeja, sobre esta había un cuenco con paños tintados de rojo, desde donde goteaba la sangre. Mis sentidos convulsionaron, las venas saltaron y el pánico ascendió hasta las nubes.

-En la habitación- respondió, y su temblorosa mano se apretó en torno a mi brazo. Me miró con severidad, la misma que ocultaba el terror visible en todas sus otras facciones-. Tranquilízate, hazlo por él.

No asentí, no la miré ni respondí. Solo podía enfocarme en el pasillo, desde donde la sangre destilaba expandiéndose a través de mí. Caminé hacia allí, sintiendo la vibración de mis piernas como un millón de espinas clavándome al suelo.

La puerta se encontraba abierta, el insano pensamiento de lo que me encontraría hizo que, por primera vez luego de mi primera muerta, yo sintiese el mundano y débil deseo de vomitar.

No había un rio de sangre, ni gritos que rompiesen cristales. Reí por dentro, ya que eso no logró calmarme en absoluto.

¿Un corazón muerto podía volver a la vida solo para apagarse de tal dolorosa manera? Me parecía inconcebible, sin embargo, fue lo que me sucedió.

Una joven muchacha limpiaba la frente sudorosa de Jaemin, o lo intentaba. Era difícil cuando el pobre chico se retorcía sin cesar. Humedecidos Mechones castaños llegaban a cubrirle los ojos, y la arrugada camiseta blanca dejaba a la vista lo abultado de su vientre, también desvelaba la piel estirada sobre donde las venas moradas trazaban caminos cruzados.

Tal horrorosa imagen contrastaba con el bonito aire que se respiraba en el exterior, con el canto de las aves y la llovizna ligera salpicando el ventanal de la habitación.

Pero sus ojos, que se mantenían fuertemente apretados, lograron abrirse y mirarme fijamente. Entonces el dolor en su rostro se suavizó, mientras las lágrimas brotaron silenciosas compitiendo con la intensidad de la lluvia. Y una de sus manos fue la valiente que se extendió hacia mí.

Por todos los demonios, juro y perjuro que deseé tener una de esas mascaras venecianas pintadas de emociones mentirosas, solo para que no pudiese ver el miedo que recorría mi cuerpo, y aunque me costó alma y vida hacerlo, le sonreí a Jaemin.

-¿Jeno...?- Jadeó.

-Shh, estoy aquí. - Me moví hacia la cama, arrodillándome sobre el suelo y pegando mi pecho en el colchón, hasta que mi frente tocó su hombro y respiré allí, manteniendo su aroma conmigo.

Lo tengo conmigo... aún está conmigo.

Tenía tanto miedo. Estaba rezando como nunca lo había hecho. Rezaba a pesar de saber que no iría a ningún cielo ni que ningún Dios me escucharía. Pero algo dentro de mí se quebró. Esa parte gritó con fuerza desde el interior, gritó que todo esto era mi culpa. Yo no merecía algo bueno, no merecía un milagro...

Caelum ~ {Nomin/Markhyuck}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora