Capítulo 11

319 36 34
                                    

Me coloqué el vestido que me dio Olivia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me coloqué el vestido que me dio Olivia. Era mi estilo, pero no sé si quería usarlo. Vestido suelto, corto y rojo sostenido por unas tiras doradas que dejaban ver la mitad de mi espalda. Se sentía raro.

Até la cola de mi pelo en un rodete bajo y me coloqué la peluca color rubio platinado.

Para mi sorpresa me quedaba muy bien, sería un buen cambio de look.

Damián se encontraba en el salón sentado bebiendo algo sumido en sus pensamientos.

El traje negro le sentaba demasiado bien, su pelo rubio un poco desordenado, quizás lo habría hecho a propósito para darle más estilo y por supuesto ese aroma que reconocería hasta en el fin del mundo.

Caminé hacia él y carraspeo para anunciarme.

Se levanta y me mira de pies a cabeza en el momento que se acerca mucho a mí.

—Mi mujer es una diosa— dijo agarrándome la mano para darme una vuelta.

—Me vuelves más loco de lo que ya estoy por ti—murmuró atrayéndome hacia él, colocando su mano en mi espalda baja.

Rodé los ojos y suspiré. Sabía que solo se estaba burlando.

—Ya deja de ser idiota Damián, que vamos tarde— respondí dándole un manotazo.

.........................

Llegamos a una especie de bar nocturno, pero de los finos, según lo que me habían contado, claro, pero se veía de manera distinta.

Se suponía que el asiático.

—Damián esto parece más un antro de mala muerte—emití arrugando la nariz.

—Y yo que iba a saber qué tipo de sitio es— fruncio el ceño enojado.

Bajamos del auto y entramos. Luces tenues en un ambiente con olor a cigarro y bebidas alcohólicas. Todo dentro era rojo, más las luces rojas, podría decirse que por algo el bar se llama El infierno de Dante, menudo nombre.

Al cabo de algunos minutos de haber entrado una figura esbelta de cabello rubio como Damián con un traje color negro, se acerca a nosotros y abrazó a Damián obviando mi presencia hasta que se dio vuelta a mirarme.

Sus ojos azules se clavaron en mí y en ese mismo instante me dio un deja vu al tiempo que coloqué mis manos detrás de mí y me saqué la alianza.

—¿Quién es esta belleza Damián que mis ojos tienen él placer de ver?

No quito la mirada de sus ojos y él hace lo mismo. Damián había quedado en un segundo plano.

Le pasé la mano —Nahir Suárez— sostuvo mi mano y la besó sin sacar su mirada de mí.

—Dante Greco— respondió al mismo tiempo que asiente.

En ese mismo instante sentí algo muy raro en mí ¿Quién era él?

Nahir | Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora