Nahir ha pasado por sucesos violentos en su vida la cual la ha llevado a ser una persona fría y distante, y si hay algo que tiene claro es que el amor es algo que no quiere volver a vivir.
Por su parte Damián siempre estuvo acostumbrado a la vida l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nahir
—Y tú le dijiste que tenías pareja— me miro Alice compasiva aplicándose gloss en los labios.
—Alice necesito tiempo, él es muy intenso— me justifiqué.
—Bueno la intensidad se maneja, ¿y si ya no quiere nada contigo luego?— preguntó.
—¿Y qué puedo hacer yo si no quiere?
Que se vaya ni modo.
—Ese amor propio raaarw.
No había querido dejar a Damián esa noche, pero tuve que salirme de sus garras antes que me llevara por los caminos del pecado.
No le hable más.
Él tampoco.
Y Fabián no existe, obviamente.
—Es tan difícil explicar eso?— dice sentándose para poder maquillarse mejor.
—No lo conoces, él no entiende los no— puntualicé.
—¿Sabes? En vez de ir a ese antro, me acompañarás a una cena de negocios— le propuse caminando hacia mi armario.
—Si hay rubios, obvio te acompaño— sonrió de oreja a oreja.
Yo no tardaba tanto como Alice en arreglarme igual lo hice con paciencia.
Ni bien estuvimos nos encaminamos hacia la cena fiesta no sé qué de negocios, ni idea porque iba solo debía figurar.
Igual conocía a alguien más genial que Damián quien sabe.
—¿Sabes? Ahora que lo pienso, Damián te pidió que te casaras con él.
Alice recostó su cabeza en el respaldo del asiento.
—Por ego— respondí.
Soltó una risa.
Conocía esa risa.
—¿Por qué le ves todo lo malo?
Mi sonrisa desapareció por sabía que eso era verdad, estaba inventando un montón de cosas por rehuir de él y en el fondo sabía que nada iba a servir porque la alianza entre las familias ya estaban, lo iba a ver siempre no servía de nada mentir.
—Cuéntame la verdad que sé que la tienes atorada allí.
—Vale— comencé. —Me intimida, me da miedo él.
—Que te da miedo? ¿Qué te desee?
—Un poco, su intensidad me abruma, y tengo miedo que lo que quiera sea de verdad.
Me miro extrañada.
—Eres muy extraña sabes. Todos queremos a alguien quien nos dé estabilidad emocional en una relación, algo verdadero y tú tienes miedo que él quiera eso.
