Capítulo 18

269 25 7
                                    

Les resumo el cuento, esa mujer había despertado, estaba tremendamente asustada, pero Damián la volvió a dormir no sé como, pero lo hizo, Nick a su vez había hecho el trabajo más rápido del mundo y habíamos salido sin dejar rastro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Les resumo el cuento, esa mujer había despertado, estaba tremendamente asustada, pero Damián la volvió a dormir no sé como, pero lo hizo, Nick a su vez había hecho el trabajo más rápido del mundo y habíamos salido sin dejar rastro.

Damián estaba cabreado porque la mujer no había dormido y creía que todo lo que habíamos hecho lo hicimos mal.

La otra noche salimos a cenar y se metió en una pelea con un chico porque le había rayado el coche.

Las cosas no podían estar peor con él.

Al otro día Olivia había hecho un mapa de donde exactamente estaba el disco y además organizó un cronograma de las cosas que íbamos a hacer y como las haríamos.

Ya quería hacerlo, quería que llegara el día de mañana para poder terminar con esa pesadilla de una vez por todas.

—Te dije que después de esto debíamos ir a Brasilia para una firma de contratos y yo le dije a mi padre, que vaya Damián para eso esta y me dijo que negociara contigo ¿Ya lo pensaste?

—Que cosa— respondió cambiando de canal una y otra vez.

El tío no se había pensado nada, estaba inmerso en vaya a saber que pensamientos.

—¿No lo pensaste aún? — estaba tumbada en la cama con una mascarilla coreana puesta.

Temía que se cayera así que me apoyé en mi codo.

Él a su vez estaba acostado del otro lado mirando la TV.

—No me dijiste nada— me reprochó.

—Te lo dije mil veces la semana pasada ah, pero el señor que andaba texteando con su nuevo ligue— me volví a tumbar y masajee mi rostro.

—Que chistosa— me empujó con el pie.

—No creas que no vi que cosas te ponía, la vi cuando me prestaste el móvil.

—Nahir, basta.

—¿Basta que? No muy enamorado de mí, mira como resultaste ser.

Rei fuertemente.

—Tú no me das chance alguna, te aguantas— respondió apagando las luces.

Después de haber pasado semanas juntos las cosas se habían calmado entre nosotros, hablábamos por las noches nos contábamos cosas, pero había un límite que no lo dejaba pasar.

Y él andaba con un humor de perros. De repente mira la alianza en su mano, él nunca se la sacaba.

—¿Sabes? Deberíamos casarnos de verdad— emitió de repente.

Solté una carcajada.

—¿Te estás escuchando?

—Hablo en serio— me levanté y boté la mascarilla.

Nahir | Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora