Capítulo 5: Mordidas Y Subconsciente.

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—¡Quiero a todos tus subordinados detrás de esas mierdas! —espeta la vampiresa con sus ojos tornados de color carmín, a la susodicha que yace sentada, sin inmutarse en un sillón individual negro, con cuernos y otros detalles que lo hacen ver tétrico.

—¿Ya acabaste? —cuestiona sin cambiar su semblante de serenidad.

—¡¿Cómo demonios puedes decir eso, Lotto?! ¡Deberías estar persiguiendo a los mal nacidos! ¡Hazlo tú o mandaré a los míos!

—Bloody —la antes mencionada, presiona sus labios y le da una horrible mirada a su mayor —. Ya sé que aún te duele lo de Drycon. Pero debo recordarte que las alianzas ya están formadas con el Sureste. No debo tomar acciones imprudentes, ya que pueden ocasionar otra guerra y es lo menos que quiero hoy en día.

—Estaban en nuestra zona, sin autorización, con actitud violenta —escupe entre dientes —, y atacaron a mi donante.

—¿Y quién los asesinó? —recalca.

—Simplemente defendí lo que era mío.

—¿Qué es lo que tiene ese simple donante que te hace asesinar vampiros por él? —cuestiona con un atisbo de irritación.

Bloody muerde su labio inferior, incapaz de confesar que la sangre de ese insignificante ser es idéntica a la de su destinado, cuyas cenizas yacen en el fondo de lago lágrima.

Sin embargo, encuentra el punto débil de la situación, fácilmente.

—¿Qué me dices de Lars? Tal vez al igual que tú, encontré una sangre que no me sepa a porquería barata, como la del resto de escorias.

—No metas a Lars en esto —rápidamente se pone de pie, mostrando su desaprobación —. Él ahora es un vampiro como nosotras.

—Pero antes fue un humano -sonríe victoriosa, sabiendo que tiene un punto a su favor.
Y lo termina de corroborar cuando Lotto suspira para volver a tomar asiento, con bonanza.

—Lo sé. Pasan los años y aún no lo superas.

—Solo han sido dieciocho años, querida —se cruza de brazos, jactándose de su memoria.

—Veo que llevas la cuenta. Que promiscua eres —menea su cabello con las manos en señal de satisfacción —. Muy bien, Bloody, confiaré en ti, y enviaré a algunos de mis subordinados a merodear por allí, porque a mi tampoco me agrada que los de el Sureste se estén colando por esta área.

—Eso espero —se da la vuelta para marchar por el inmenso salón de marfil con una alfombra de tonalidad roja que destaca en el centro.

—Deberías tenerle más respeto a tus superiores —avisa con calma.

—¿Debería? Luego de hacer alianzas con los malditos que me arrebataron mi otra mitad.

—Es de sentido común respetar a quién está sobre ti, dominando un imperio entero de vampiros que están predispuestos a proteger a su líder y arrancarle las vísceras a quién se atreba a estar en su contra.

—Lo tomaré en cuenta —sonríe, saliendo con superioridad por la puerta principal, encontrándose con un chico de bellos orbes grises y cabello cenizo, quién la saluda con una leve sonrisa.

Indirectamente Destinados ✔️Where stories live. Discover now