La monotonía en la cotidianidad suele ser desesperante y Bell lo sabe muy bien, puesto que desde hace más de diez años su libertad ha sido reprimida por su padre sobreprotector, haciendo que el mayor deseo del chico sea romper la uniformidad en su d...
Eclipse se queda boquiabierto ante tal confesión, puesto que se imaginó cualquier cosa turbia, menos que Bell fuese el destinado de Runa.
—¿Desde hace cuanto lo sabes? —inquiere con inmensa curiosidad, sabiendo que Runa no lo ha demostrado en ningún momento.
—Cuando lo vi por primera vez en su mansión —admite, con sus lágrimas a flote.
—¿Por que no se lo dijiste?
—No podía hacerlo.
—Runa...
—Eclipse, Bloody significa mucho para mi, es como mi hermana, y ha sufrido tantos años con la muerte de su destinado. Cuando encontró a Bell y supo que su sangre era igual a la de Drycon, me pidió que personalmente lo cuidara. Por primera vez en tanto tiempo la vi con un semblante diferente y no iba a ser yo quien le arrebatara eso. Prefiero sufrir en silencio, que arrebatarle la felicidad que ha conseguido, después de tantos años de miseria —solloza.
—Eres muy noble —la abraza con sutileza, para acariciar los mechones castaños de Runa —. Pero dejar que los demás sean felices a costa de tu dolor, no es ser buena amiga, es seguirle la mentira a quién no está dispuesto a ver la realidad.
—De todas formas ya no hay manera de hacer nada. Bell es un convertido de Bloody, su marca está en su muñeca y eso no lo puedo cambiar. Y aunque no sea sano para mi, Bloody ahora está mucho mejor, se preocupa mucho por Bell y no voy a meterme entre ellos dos.
—Bell no te separó —ese detalle hace que las lágrimas de Runa se detengan un santiamén —. Imagino que pudo sentir la conexión y eso no lo puede borrar un tatuaje de pertenencia. Además, Bell es un crió que recién entró a la adultez, su primer pareja ha sido Bloody, ni siquiera sé si sabe lo que quiere en la vida. Tal vez solo esté confundido.
—Yo...
—Ya sé que son tus decisiones y no soy quien para meterme, pero... Deberías decirle a Bloody la verdad —Runa alza su mirar, incrédula por las palabras de Eclipse.
El antes mencionado, da unas últimas palmadas en el hombro de Runa y se pone en pie, luego extiende su mano, indicando que deben volver a la sala.
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Los ojos de Lotto se abren con lentitud, trayendo consigo el panorama de todos los vampiros que yacen dormidos en diferentes partes de la sala.
Con un sutil movimiento, apoya la cabeza de Lars en un cojín para que no note su ausencia. Con su corazón latiendo más rápido de lo habitual, se acerca al balcón, los rayos de luz en la lejanía se ven menos letales que los de antes, así que saca su celular y corrobora que ya es tiempo de alistarse, entonces vuelve a la sala, coloca un sonido fuerte en su móvil y se dedica a ver como los vampiros se despiertan de golpe, demostrando confusión.
—Arriba todos, es hora de empezar a movernos, los veo a todos en mi salón principal en una hora —informa, y sin esperar respuesta sale del lugar.
