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ᴀʟᴇx ᴍᴇɴᴅᴇs

Estoy casi quedándome dormido en el sillón mientras se suponía que veía una película con mis hermanos, pero reacciono de inmediato cuando observo como mi hermana se levanta en un rápido movimiento y se va a una habitación hablando por teléfono, la curiosidad y el miedo me carcome, por su reacción estoy casi seguro que tiene que ver con Mei, el terror está apoderándose de mí, lo único que puedo pensar es que la han desconectado y siento como mi corazón deja de latir, mis ojos se llenan de lágrimas intentando soportar no llorar en ese momento, Austin ve mi estado y se sienta a mi lado poniendo su mano en mi hombro y como si atrasara el tiempo y volviéramos a ser pequeños, me abalanzo a él para que me enrolle en sus brazos, cosa que hace sin pensárselo dos veces. En cuanto escuchamos y vemos a Cora llorar acercándose a nosotros, lo hago yo también negando con la cabeza.

—Dime que no, por favo...

—Mei ha despertado —me interrumpe y corro para abrazarla llorando, luego voy en busca de las llaves del auto, pero de inmediato mi hermano me las quita porque no puedo manejar, todos salimos corriendo a subir al carro para poder llegar al hospital lo más rápido posible.

Mis papás también se dirigen para allá y no tengo idea si los demás también lo harán, solo quiero poder verla y abrazarla con todas mis fuerzas, decirle como la extrañé y que mi vida no tiene sentido si no se encuentra presente, la necesito de una manera inimaginable.
Al llegar, quiero salir huyendo hacía adentro, pero por desgracia tengo lastimado el talón y ni Cora y Austin me permiten irme solo, subimos el elevador que parece como si fuera extremadamente lento y lo hiciera con la intención de que muera de ansiedad para poder verla. Cuando nos encontramos delante de la puerta quiero entrar de una vez por todas y mi hermana me empuja para que lo haga, no puedo creer que me anime a entrar antes que ella, pero cuando me amenaza a que lo haga, rápido abro la puerta y la miro sentada en la camilla con sus papás a su lado, todos voltean a verme y sus padres se retiran para dejarnos solos, no puedo decir alguna palabra, siento mi boca demasiado seca y solo camino con lentitud a donde está, ninguno de los dos dice algo, solo nos miramos sin despegar la mirada, siento como las lágrimas se resbalan por mi mejillas y más cuando estoy tocando su mano, esperando a que ella lo haga con la mía, cosa que hace en cuanto nos tocamos.

Ambos en silencio, tomados de las manos y diciéndonos tantas cosas por la mirada hace que ese momento sea demasiado irreal, pero no lo es, en verdad lo estoy viviendo y me siento completo, tengo una inmensa alegría que nunca en mi vida había conocido, así que me doy cuenta en ese instante que es lo correcto y debo hacerlo.

—¿Te casarías conmigo? —hablo por primera vez y mi corazón se acelera, los nervios me comen vivo y puedo ver como no cree lo que acabo de decir— Cásate conmigo, me haces la persona más feliz del mundo y te necesito por siempre en mi vida, así que ¿te casarías conmigo?

Temblando y llorando más fuerte afirma con la cabeza y la enrollo en mis brazos haciendo lo posible para no lastimarla de ninguna manera y los dos lloramos. Yo lo hago por alegría de no verla perdido y que ha aceptado ser mi esposa. Voy a casarme con la mujer más maravillosa y perfecta que he conocido en toda mi vida, es un sueño y no quiero despertar jamás.

Endless dream Where stories live. Discover now