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ᴀʟᴇx ᴍᴇɴᴅᴇs

Mis manos sudan junto a mi cuerpo temblando con muchísima notoriedad, no sé como intentar calmarme y poder iniciar a hablar, estoy tan paralizado que mi hermana ya tuvo que ir a buscar un vaso con agua en mi propia casa para dármelo y ver si puedo estar mejor. Todos quieren que me siente, pero niego la invitación cada que me la ofrecen, ya que cuando llegue a decir el por qué los reuní, ellos son los que deben estar sentados, por si se desmayan. Austin no despega su mirada de la mía para intentar averiguar lo que ocurre, solo trato de hacer todo lo posible para evitarla ya que aunque se, que no puede leer mi mente, siento como si así lo fuera y no puedo arriesgarme.

Le doy un largo trago al agua y tomo aire, mientras grito mentalmente que es hora de hablar. En la charla que tuvimos el día anterior Mei y yo, decidimos que yo sería la persona que hablaría con mi familia y ella con la suya, así que ya es momento de hacerlo, no hay vuelta atrás y al fin y al cabo, tienen que enterarse si o sí.

Mi familia se mira entre sí, bastantes nerviosos y preocupados.

—Como sabrán, Mei y yo siempre esquivamos cuando nos dicen que debemos tener un hijo—hago una pausa tragando saliva y presionándome a seguir— . Durante todo el año que llevábamos de casados, hemos hablado bastante y llegamos a algo que a los dos nos pareció grandioso y que nos hacía mucha ilusión. Iré por ella.

Al decirles aquello, me retiro sin dejarlos hablar, pero logró escuchar como se preguntan cosas para averiguar lo que está sucediendo.
Llego a la recámara y la veo sonriente, solo puedo afirmar con la cabeza y comenzamos a caminar a la sala, donde se encuentran todos. En cuanto nos ven, se ponen más confundidos a como se encontraban antes, no logran entender lo que sucede y tampoco pueden formular palabras para pedir que expliquemos. Logro relajarme un poco, me pongo en cuclillas, cargo en mis brazos al pequeño niño y me acerco a mis papás que no despegan su vista de nosotros, suplicando entender todo, tal vez hasta parece que van a desmayarse.

—Myles ellos son tus abuelos, Shawn y Sianna —hablo dirigiéndome al niño y los mira atentos, un poco avergonzado y sin intenciones de despegarse de mí— . Papá, mamá, él es Myles, mi hijo y de Mei, su nieto.

Mei se acerca a mí nerviosa, observamos a todos que parecen que acaban de ver un fantasma de lo pálidos que se encuentran y me empiezo a asustar al verlos así, pero es normal, no se lo esperaban y es una noticia que deben asimilar.

—Mei y yo comenzamos a hablar acerca de tener un hijo, pero un día por casualidad entré al despacho de mamá y encontré la fundación de un orfanato, al llegar a casa, comencé a buscar toda la información y le platiqué a Mei de lo que me había enterado —digo todo sin dejar de cargar a Myles que me abraza con fuerza— No tuvimos si quiera que platicarlo, los dos nos dimos cuenta que debíamos de adoptar, por lo cual, inmediatamente al día siguiente comenzamos todos los papeles, las investigaciones, el abogado, todo lo necesario para hacerlo e íbamos tres veces a la semana a convivir con los niños y nos enamoramos de todos los que se encuentran ahí, pero este pequeño —Le doy un beso en la cabeza— se ganó nuestro corazón por completo.

—No quisimos decir algo, porque no era seguro que nos permitieran adoptar y mucho menos lo que íbamos a tardar en el proceso, pero nos movimos tanto que lo logramos. Ayer en la noche nos llamaron para avisarnos que hoy podíamos ir por él —platica Mei llorando igual que yo.

Mi mamá se levanta con las piernas temblando y temo que pueda caerse, pero no lo hace y se coloca a un lado de mí para ver a Myles, el cual, la mira con mucha curiosidad.

Endless dream Where stories live. Discover now