"Heridas"

Peleas

[Capítulo Corregido]

Toda la semana me mantuve en casa por la razón de que no me sentía segura sobre volver al exterior y andar con toda la confianza que antes tenía, Derek fue de mucha ayuda en esa semana ya que me daba apoyo y compañía cosa que sin duda fue lo mejor para mí. Visite una terapeuta solo tres días, por orden de la oficial Mary, pero al final la abandone porque sentía que no era de mucha ayuda y así no generaba más gastos de los que ya hay.

Lo único malo que rescatar de este tiempo es que papá últimamente llega muy tarde y ebrio, demasiado, por lo que al escuchar sus pasos en el corredor en seguida pongo seguro a la puerta simplemente por seguridad.

La puerta principal es azotada con fuerza, coloco el pestillo en la manija para sentirme un poco más segura y vuelvo a mí cama dispuesta a dormir solo que...algo que no esperaba llamo mi atención. El golpeteo insistente en la puerta provoca un escalofrío que pasa por mi espina dorsal, nuevamente toca mi puerta y no respondo con la intención de que me deje tranquila sin embargo fue una decisión realmente absurda.

Añicos se vuelve la madera o eso es lo que el fuerte estallido me dio a entender, sus pesados pasos en el suelo inestable de madera se escuchan hasta el punto de dar miedo intento calmar mi respiración y contener mis sollozos para no ser escuchado por él. La cobija abandona mi abultado cuerpo y el frío de la noche se apodera de mí, jadeo ruidosamente, pero aun así no me muevo.

- Creíste que te ibas a escapar – arrastro las palabras a lo que yo no mencione nada, me mantengo en la misma posición dispuesta a no levantar sospechas

- ¡A caso no escuchas! – grito exasperado y al no recibir respuesta la botella fue lanzada a la ventana volviendo pedazos el cristal, rasgándome el rostro

- ¿Qué haces? – pregunte asustada – Déjame tranquila

- No, cariño – chasqueo la lengua – Esto esta por comenzar

Esas palabras que conducen a una noche dolorosa y tortuosa.

Me toma fuertemente del cabello y me lleva a rastras fuera de la habitación ocasionándome un intenso ardor en la espalda gracias al piso y con una simple mano azota mi cabeza contra el muro, la sangre inunda mi boca hasta el punto de sentirme asfixiada intento expulsar el espeso liquido de mi cavidad bucal. Me sujeta fuertemente del cabello y me lleva a rastras fuera de la habitación dañándome la espalda y con una simple mano azota mi cabeza contra el muro, la sangre inunda mi boca hasta el punto de sentirme asfixiada intento expulsar el espeso liquido de mi cavidad bucal. Cubre mi boca con su áspera mano impidiéndome liberar el contenido rojo, siento que mi garganta pica y mis ojos arden por las lágrimas.

Quiero empujarlo, pero ahora mi atención está en cuidar el poco oxigeno que me queda. Araño sus manos para que me suelte.

- ¡Ah! – exclamo y yo simplemente puedo toser