Room 317 / Habitación 317 (Traducción Oficial)

Capítulo 15

Dos meses y medio después…

 

Louis sonrió, su paso un poco saltarín, mientras que recorría el corredor hasta el salón de arribos. Estaba en casa; finalmente de vuelta en Inglaterra ¡y no podía esperar para ver a sus amigos! No podía esperar para ver a Harry, porque la primera cosa que iba a hacer sería cumplir aquello del beso prometido. No más interrupciones, no más retrasos, no más excusas. Pasara lo que pasara. Ya no tenía miedo de lo que ellos eran y de lo que se pueden convertir. Harry sería queriéndolo demasiado, lo había dejado notar cuando había intentado besarlo en el hospital, y Louis quería a Harry, ¡por Dios, realmente lo quería! Él ahora veía sus excusas por lo que realmente eran; cobardía y solamente esperaba que Harry pudiera perdonarlo por eso.

Empujó su gorro lentamente hacia abajo en su cabeza, esperando que nadie lo reconociera, ya que él no tenía guardaespaldas para protegerlo de las fans hoy y se apresuró a buscar la salida.

Se detuvo un momento en su camino para recuperar su equipaje, sus ojos pillaron algo que hizo que su sangre corriera fría. Dejando caer su bolso al piso se apresuró hacia el empresario que se encontraba casualmente sentado en un banco.

— Disculpe -Louis dijo urgente, tocando al hombre en el brazo-, ¿sería posible que me permita ver su periódico un momento... por favor?

El hombre levantó su mirada hacia él, su expresión era molesta, pero entonces sus ojos se abrieron al reconocer a Louis.

— Tú eres… uno de ellos -jadeó, automáticamente tomando el periódico y ofreciéndole, luciendo genuinamente simpático. Louis no le respondió pero se apresuró a dar vuelta el periódico para poder ver la portada y chocar una mano sobre su boca en horror.

 

Con manos temblorosas, se deslizó a través de las páginas en busca de esa particular pieza de información. La única pizca de información se materializó al momento, la encontró en la página 6. Temblando, le devolvió el periódico al hombre con un murmurado gracias, devolviéndose en busca de su bolso y entonces corriendo fuera del lugar tan rápido como pudo.

 

~*~

 

Se sintió como el viaje más largo que nunca había tomado, incluyendo su vuelo desde LA de vuelta a casa. Tuvo que tomar el metro subterráneo a Leicester Square, hacer cambio hacia la línea del norte para llegar a Euston, lo que le tomó cerca de una hora. Desde Euston fue fácil una hora y media de viaje en tren a Birmingham New Street. Entonces desde Birmingham New Street fueron rápidos siete minutos de recorrido en tren hasta la Estación Universitaria. Mantuvo su gorro hacia abajo y las sombras cubriendo sus ojos. como en su bolso sólo tenía un cambio de ropa y algunos artículos de baño no tenía realmente algo con lo cual disfrazarse. La última cosa que quería era fans haciendo preguntas de las cuales él no conocía las respuestas. O peor; diciéndole algo para lo que no estaba preparado para escuchar, ciertamente no de un desconocido. Detenerse para comprar algo mejor para disfrazarse mejor no era una opción tampoco. Tenía que llegar al hospital en ese mismo momento. No quería tener que arrepentirse de nada por llegar un par de minutos después de lo que podría hacerlo.

El hecho de que se encontraba en público lo ayudaba a evitar hacer algo estúpido, como llorar o gritar. Cualquiera de las dos no lo harían sentir mejor porque no tenía idea de que tan mal estaba su amigo herido. A través del viaje completo, se forzó a sí mismo a pensar sobre sus canciones en lugar del estado de sus compañeros de banda, recitando la mayoría de sus últimos tres álbumes en su cabeza, lo que fuera para detenerse a sí mismo de perder el control. Fue con dedos temblorosos que presionó el botón de apertura de las puertas del tren y se bajó en la soleada plataforma de la estación Universitaria. Tan pronto como tuvo un camino claro, corrió hacia el hospital, cortando a través del Campus Universitario. Iba a estar eternamente agradecido por el programa intenso de fitness en la cual lo colocó la clínica. Le tomó solo cinco minutos para llegar a la entrada principal, deslizándose al fin sin siquiera faltarle el aire. El área frontal por completo se encontraba plagada de reporteros con cámaras. Mierda. Pero entonces, repentinamente, no le importó. Sus amigos se encontraban ahí dentro, heridos, nadie lo iba a detener de llegar a ellos, nadie.