Capítulo 1.- Te Golpee Con Mi Auto.

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Las narraciones se irán alternando durante todo el capitulo y pasará cada capitulo.

Buck Barnes lanzó el papel arrugado a la papelera cerca de su piano. Esta noche en definitiva no podría escribir nada después de la noticia sobre que no podría recibir un niño. Era rico, ¿no era eso suficiente? No necesitaba una mujer para poder cuidar y educar a un bebé, pero al parecer su asistente social era una conservadora al puro estudio de los años cincuenta. Se había encargado de apadrinar a muchos niños pero cada uno conservaba a su familia de origen por lo que su anhelo de ser padre no estaba cumpliéndose.

Miró por su ventanal y suspiró. Quizás era lo mejor, tal vez Steve tenía razón cuando le decía que sólo era un capricho que pronto desaparecería. Cualquier persona desearía tener todo lo que él tenía sin la preocupación de cuidar de un ser humano pequeño.

Claro, eso decía su amigo porque él lo tenía. Observó la fotografía de su mejor amigo y su hermosa familia, algo que enviaron la última navidad.

 Steve y Natasha Rogers se habían casado y tras dos años de eso tuvieron a su hijo James para luego volver a convertirse en padres de las gemelas Sarah y Maggie. Las niñas más adorables del mundo. La fotografía escogida para él retrataba a las nenas llorando en los brazos de su madre quien intentaba calmarlas y a Steve con su rostro bien serio charlando con el mayor de sus hijos quién mantenía sus ojos en blanco hastiado. Le dieron esa solamente a él en una forma de hacerle entender que cosa era realmente lo que estaba pidiendo y ni siquiera eso lo desanimó. 

Decidió beber algo ya que en definitiva no trabajaría.

Mientras más rápido caminaba podía sentir cómo el frío traspasaba mis maltratadas prendas. Bajé el gorro lo que más se pudo para taparme las orejas del viento tan desgraciado que me hacía muy difícil el camino de vuelta a casa. Sólo esperaba que no lloviera tan pronto cómo anunciaban los noticieros ya que no tendría forma de cubrirme de todas las goteras que tenía el piso que arrendaba en este tan abandonado barrio de Seattle, que no estaba del todo mal pero no se comparaba con el resto de esta hermosa ciudad. Metí la llave para entrar y tuve que darle pelea a esa chapa que hace un buen tiempo debió cambiarse pero nunca tenía el dinero suficiente para eso. 

Me senté sobre el sofá esparciendo las cuentas de este mes, ya por fin estaba saliendo de esa gran cuenta que tenía con el propietario de mi piso y con mis empleadores, aunque por esas deudas no podía darme el lujo de comprar mejor ropa o darme una vuelta por algún hospital. Quería hacerme chequeos por el hecho de trabajar tanto y descansar poco, esperaba no estar maltratando demasiado mi cuerpo pero sin seguro médico no valía la pena ni siquiera acercarse a un centro asistencial y aún no podía contratar uno.

A las siete de la mañana estaba de pie afuera del local en dónde trabajaba, cómo cada día, me encargué de abrir las puertas y ventilar el lugar para luego limpiarlo definitivamente antes de abrir las puertas para los clientes a las ocho de la mañana en punto. No es que me motivara mi trabajo pero hacer turnos extra me aseguraba dinero extra para poder solventar los gastos sin complicaciones. 

Estaba tan sólo a un mes de pagarle al señor Dominguez los adelantos que me dio cuando recién llegué aquí,con eso pude alquilar mi piso y comprar las cosas básicas para subsistir.

-Deberías cambiarle el turno a Garret alguna vez, estoy segura de que estaría gustoso de hacerlo.- Me susurró Tracy mientras limpiábamos el mesón.- No puedes seguir tomando turnos de apertura y cierre, Wanda.

-Necesito pagarle al señor Dominguez, seguirá con su actitud prepotente y no podré defenderme hasta que lo haga.-Sonreí mientras seguí mi trabajo. Ya le había repetido muchas veces a Tracy la razón por la que no dejaría mis turnos.

Embarazada A SueldoWhere stories live. Discover now