- Encontré a mi alfa. - dije de la nada.
Mi madre dejó caer un vaso que afortunadamente era de plástico y mi hermana se ahogó con el agua que estaba tomando. Ambas me miraron de mala manera.
- ¿Cuántas veces te he dicho que no digas las cosas import...
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J O A Q U I N
Las lágrimas bajaron por mis mejillas después de lo que dijo, gran parte de mi se alegra de que no tenga ese pensamiento tan anticuado.
Me aferre aún más a Emilio y él me abrazo con más fuerza, deje mi cara en su cuello y me tranquilice con su olor.
- Te amo. - mi susurro fue bajo pero sabía que él lo había escuchado por su enorme sonrisa.
- Yo te amo más. - se separó de mí y dejo un beso en mi frente.
- Ay he estado muy sentimental por mi celo, por eso mis cambios de humor. - él rio a mi explicación
- No te preocupes, vamos a comer. - yo asentí
Él tomo uno de los cascos que estaban en el asiento de una hermosa motocicleta negra con detalles azules, lo puso sobre mi cabeza y lo abrocho.
- ¿Vamos a ir en moto? - el asintió mientras se ponía el otro casco.
- ¿Nunca te has subido a una? - negué de inmediato, pero en vez de sentir miedo sentía emoción, siempre había querido una moto, no como la de Emilio pero estaba emocionado por subir a una, comencé a dar saltos emocionados. – Toma. - en sus manos había un girasol hermoso, era mi favorito.
- Gracias alfa. - le di un abrazo rápido.
Sin duda mi celo estaba cerca.
Pase de estar feliz a celoso después enojado, triste, feliz y emocionado en menos de 10 minutos.
Emilio se subió y yo imite su acción, tome con fuerza su chamarra, fue hasta ese momento que note que el traía puesta mi sudadera rosa.
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Llegamos a un restaurante de comida rápida, hamburguesas.
Recuerdo que una vez hace muchos años -cuando mis padres aun estaban juntos y yo no me presentaba- vine a un lugar así.
- ¿Qué quieres bonito? – había grandes carteles en donde muestran la gran variedad de hamburguesa.
- No lo sé.
- ¿No habías venido? – Emilio me veía medio confundido y sorprendido.
- Una vez...De pequeño.
- Pide la que más se te antoje. – para mi todas las hamburguesas se veían iguales lo único que cambiaba era el precio.
- Solo se me antoja ese helado. - señala la esquina derecha del gran cartel, era un helado de color blanco con mucho chocolate encima y unas bolitas de colores, Emilio río a mi lado.
- Okay ve a sentarte. -caminé hasta una de las mesas vacías y me senté ahí.
Vi a Emilio en la caja, saco su cartera, pago y la cajera le dio dos vasos y un ticket.
- En la máquina solo hay refresco de cola y de naranja ¿Cuál quieres? -se paró a un lado de mi con los vasos y el ticket.
- De naranja, por favor. - el asintió y camino hasta la máquina de refrescos.
Cuando regreso dejo los vasos sobre la mesa, la cajera grito su nombre y él volvió a la caja, mire el contenido de los vasos ambos eran de color naranja así que tome uno y le di un pequeño trago.
Él regreso con una charola, la puso sobre la mesa y se sentó frente a mí.
- Cuando te acabes tu comida te compro tu helado. -yo solo asentí emocionado, él me dio una hamburguesa y unas papas
- Esta muy rica. -comencé a comer y era verdad, me gustó mucho la comida en especial las papas.
- Oye, debemos de hablar sobre tu celo. - me ahogue con la papa que estaba comiendo.
- ¿Qué quieres saber? - seguí comiendo.
- Todo y bueno si... ¿Vas a querer estar conmigo en tu celo?
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