- Encontré a mi alfa. - dije de la nada.
Mi madre dejó caer un vaso que afortunadamente era de plástico y mi hermana se ahogó con el agua que estaba tomando. Ambas me miraron de mala manera.
- ¿Cuántas veces te he dicho que no digas las cosas import...
*Les dejaré una canción siempre al inició de los capítulos para que sepan que escucho mientras escribo, hoy otra vez le toca a mis Cedes porque mañana cumplen 7 años 😭😭*
Mías.
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J O A Q U I N.
La heladería estaba casi vacía, solo Emilio y unas chicas en una mesa cerca de la mesa. Lamentablemente estábamos en épocas de lluvia así que no suele haber tanta gente.
De la nada siento demasiado calor que ignoro pero con el pasar de los minutos lo siento por todo el cuerpo, sentí mis piernas temblar y mi olor se hizo mas fuerte, los presentes dirigieron su mirada a mí. Mis mejillas se calentaron pero no supe si fue por la vergüenza o por mi celo -adelantado-.
La señora García salió de su oficina y recorrió el lugar con la mirada y paro en Emilio que no se movía.
- ¡Emilio! Rápido, debes sacar a Joaquín antes de que algún alfa se acerque.
Emilio salió de su trance y corrió hasta el mostrador, la señora García abrió la puerta que impedía el paso y él se acerco a mí, paso su brazo debajo de mis rodillas y me cargo.
Camino hasta la salida y mi jefa le dio su computadora y nos abrió la puerta para facilitarnos la salida.
Caminamos hasta la moto y me sentó con cuidado, el calor se hacia mas intenso y sentía el lubricante resbalar por mis piernas.
Mi alfa soltó feromonas para evitar que otros alfas se acercaran a nosotros, veía a las personas pasar sin despegar la mirada de nosotros y eso hacía a la situación más incómoda. Emilio subió a la moto entre mis piernas y acelero.
El sudor recorre mi cuerpo y el lubricante mancha hasta el asiento. Mis brazos se sienten débiles así que Emilio sostuvo mis manos alrededor de su cintura y lo escuche maldecir un par de veces por traer su moto en vez del carro.
Me acerqué más a él y comencé a subir mis manos por su abdomen marcado, vaya que mi alfa era guapo y tenía un cuerpo tallado por los mismísimos dioses.
- ¡Joaquín, espera por favor! - intentaba mantener quietas mis manos.
Yo quiero seguir tocando lo me gusta pero él me lo impide.
Bajo de la moto y me cargo como costal de papas, camino rápido y pude ver que sus nalgas se marcaban. No había notado que tenía buen trasero. Sin perder tiempo las apreté.
- ¡Son bonitas Emi! Pero son solas mías. - intente estirarme con la intención de darles un beso pero Emilio se inclinó y me dejo en el suelo.
Me hubiera caído de no haber sido por sus grandes y fuertes brazos que me sujetaron y puse mis manos en sus brazos.
- ¡También tus brazos son muy lindos! Podrías sujetarme sin problemas y levantarme por los aires. - Emilio asintió con las mejillas sonrojadas- O sujetarme mientras te monto.
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