- Encontré a mi alfa. - dije de la nada.
Mi madre dejó caer un vaso que afortunadamente era de plástico y mi hermana se ahogó con el agua que estaba tomando. Ambas me miraron de mala manera.
- ¿Cuántas veces te he dicho que no digas las cosas import...
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- Ya está hecho. - la rizada entro a la oficina de Osorio sin tocar causando una molestia en el mayor.
Estos dos no eran precisamente amigos o si quiera dos personas que se llevaran bien pero por sus últimos movimientos es mejor llevar las cosas con calma y de buena manera.
- ¿Te aseguraste de que todo salió bien? - Osorio sabía que nada en su plan podía salir mal.
- No hace falta, en este momento Emilio y Joaquín deben dejar de tener pulso. - la chica miro el reloj que se encontraba en su mano.- Si, ya no están vivos, una tragedia.
- Exacto, un accidente que acabo con la vida de mi hijo y su destinado. - Osorio hizo comillas con sus dedos al decir la palabra destinado.
- Tenemos que celebrar que sus empresas seguirán teniendo una buena reputación. - camino sensual hasta el mini bar dentro de la oficina.
Tomo dos vasos y los lleno de Whisky, regreso al escritorio y se sentó en el con las piernas cruzadas dejando subir su vestido.
- Brindemos, por los destinados. - Osorio sonrió y puso su mano en la pierna de la chica.
Con grandes sonrisas ambos chocaron sus copas para después beber completamente su contenido. Cerrando así un pacto no dicho en voz alta.
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