Capítulo 11. Nada es lo que parece

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Alex

Llevábamos unas seis horas caminando y casi estamos a punto de llegar a nuestro destino, en condiciones normales y convertidos en lobos, con un par de horas nos hubiera bastado para llegar, pero en la caravana iban mujeres embarazadas y niños pequeños, además de enfermos, por lo que mandé a un pequeño grupo de avanzadilla y los demás fuimos al mismo paso, teníamos que estar juntos.

Llevaba estas horas mirando a mi pueblo, que me había seguido ciegamente al bosque, aunque la mayoría temían lo que había dentro, una vez más habían puesto mi vida en sus manos. No podía pensarlo, si no fuera por la bruja, todos habrían muerto, les habría fallado.

-Alfa lo hemos encontrado - Los primos Miler estaban de vuelta, Abel, Marcos y Gabriel eran sin dudo unos de mis mejores hombres, a pesar de que ninguno tenía más de treinta años les confiaría mi vida sin pensármelo, Gabriel es el mayor de todos, y el que se dirige a mi - Las casa están en perfecto estado pero hay algo extraño, apenas hay nueve casas y una casa para el Alfa, aquí no podía vivir una manada tan grande como la de Eric.

Mire a Tyler sorprendido, nunca había existido una manada tan grande como la de Eric, por lo que parecía imposible, pero pronto lo comprobaríamos, mientras tanto me dirigí a la parte final del grupo, donde Raquel estaba con los suyos.

- Alfa Raquel si me concede un momento quisiera hablar con usted - Ella asintió y dejamos lo suficientemente atrás al grupo como para poder hablar sin que ningún oído indiscreto nos escuchase - Los exploradores que mande han vuelto, pero dicen que la manada son apenas un puñado de casas, ¿como es posible?

-¿Y porque lo tendría que saber yo Alex? - Levanté una ceja a modo de respuesta, estaba claro que el Raquel ocultaba muchas cosas y tarde o temprano iba a descubrir cuales, además, la bruja parecía muy interesada en ella. Ella sonrió, supongo que si que sabía algo a fin de cuentas - Sabe una cosa Alfa Alex, hace muchos años brujas y lobos no estaban en guerra, eran bastante amigos de hecho, toda manada tenía al menos una bruja - Le miré más sorprendido aún, poco se sabe de aquella época.

-Voy a contarte algo de historia Alex, porque esta claro que no sabes nada sobre brujas - mi mente iba muy deprisa, ¿como era que Raquel conocía tanto sobre brujas? ¿Que tipo de secretos ocultaba? - Antes de la gran purga de brujas, antes de que engañáramos a los cristianos para que las persiguieran, las brujas estaban en cada manada, en cada lugar. Eran quienes curaban los males que solo los seres sobrenaturales podían sufrir, también custodiaban los antiguos textos, los rituales que los lobos hacían para ser mejores, más rápido, más fuertes - Miraba hacia delante con ojos empañados en lagrimas - Y nosotros las masacramos, usamos todo aquello que nos enseñaron y lo utilizamos en su contra, luego cometimos un delito peor, olvidamos todo lo que nos enseñaron, lo destruimos, quemamos los libros y destrozamos las casas donde las brujas hacían rituales. Y como castigo empezamos a morir, los inmortales dejamos de serlo, por eso cuando llega el cansancio los licántropos morimos, porque solo las brujas saben curarlo- Suspiro y me miro una vez más- Hemos llegado 

Mire el lugar donde estaban las casas, unas diez para ser exactos, pero estaba claro que no todas las casa eran para lo mismo, ocho eran casa para los miembros de la manada, por el estilo que tenían, otra era una mansión de estilo indiano, la casa del alfa, y había una ultima casa, más alejada del resto, esa era la única que no estaba renovada, una cabaña de madera pequeña, pero me resultaba familiar.

Señale a los Miler y nos dirigimos a una de las casas para la manada, había que mirar el estado en el que se encontraba y como podíamos acomodar a la gente, a mi lado estaban también Tyler y Raquel. Por fuera la casa era bonita, se la notaba algo destartalada pero parecía fuerte, el antiguo alfa de la manada Luna Sombría había realizado un buen trabajo restaurando el pueblo, a pesar de que era ridículamente pequeño, cuando entre me di cuenta de que Raquel no había exagerado con lo de que las antiguas manadas tenían brujas, la casa era enorme. Todos nos quedamos parados en el recibidor, la casa estaba sucia y tenía olor a humedad, pero por dentro estaba muy bien conservada, no tenía ningún daño que una buena limpieza no arreglase.

Caminamos por la casa para encontrarnos pequeñas viviendas unifamiliares dentro del ellas, el interior era unas diez veces mas grande que el exterior, suponiendo que el resto fueran así, no tendríamos problemas de espacio.

Les di libertad para elegir en cual de las viviendas se querían instalar, la manada de Raquel se quedó con una de las casas más cercana a la casa del Alfa, aunque habíamos decidido que Raquel se quedara en la casa del Alfa con Tyler y conmigo, también con el pequeño Hugo claro. Por una parte era una muestra de cortesía, pero por la otra, quería tenerla vigilada, no desconfiaba de ella, pero nos ocultaba algo, entre otras cosas parecía que no se había recuperado de sus heridas desde el ataque a su manada.

Olga comenzó a repartir las tareas a los miembros de la manda, Tyler y yo siempre bromeábamos con que era la que verdaderamente dirigía la manda, había sido ama de llaves del alfa de la manada desde hacía unos doscientos años, nos había criado cuando nuestros padres murieron a causa del cansancio. No podía parar de pensar en lo que decía Raquel, las brujas sabían curar el cansancio, la única enfermedad que era mortal para los lobos, si no las hubiéramos matado, mis padres seguirían vivos. Mientras que todos ayudaban me acerque a la cabaña, estaba en perfecto estado, como si el tiempo jamas hubiera pasado por ella, pero al intentar abrir la puerta mi mano ardió, y no porque la manilla fuera de plata, intenté mirar por las ventanas pero no se veía nada, otro misterio que no tenía respuesta.

Me adentré en la casa y llame a Tyler y a Raquel al despacho que había en la casa, había mandado a Olga que lo adecentara un poco. - Necesitamos organizarnos, en cuanto lo hagamos tenemos que encontrar a la hija de Eric - Todo esto lo dije mirando a Tyler, no me quede mirando para ver si respondía,- Ahora necesito que nos cuentes todo lo que sabes de las brujas Raquel, estamos en clara desventaja y necesitamos tener todo la información posible para saber a que nos enfrentamos, no volveremos a huir.

Raquel nos miró y suspiró, un gesto que indicaba que no estaba cómoda con esta conversación, pero aun así íbamos a tenerla, porque iba a encontrar a la hija de Eric, y necesitaba estar lo más preparado posible. Cuando esta a su alrededor no podía pensar, pero eso se había acabado, la guerra se acercaba y yo tenía que estar concentrado.

- Yo que vosotros me sentaría, esto va para largo 

Jade

Estaba dentro de la cabaña tirada en mi cama, unas cuantas horas de sueño me habían servido para recuperar fuerzas, cuando salí fuera la noche se acercaba, encendí el fuego como la gente normal lo había, no podía malgastar mis poderes, si lo hacía el proceso de recuperación tardaría más.

- He hecho lo que me pediste Jade, aunque te recuerdo que no estoy aquí para espiar a la gente - Dicho esto se sentó a mi lado, no lo había mirado desde que había hablado, solo miraba el fuego, tenía una relación muy especial con este elemento, nos entendíamos, podía convocarlo y transformarlo, y el siempre venía en mi ayuda, Hades siempre decía que era porque el fuego intentaba recompensarme por todo lo que me quitó, pero yo sabía que era mentira. 

El fuego es un elemento egoísta, solo quiere quemar y calcinar, era el más cruel de todos, inestable, incontrolable, por eso os entendíamos tan bien, porque eramos iguales.

Mire a Hades y sin tener que decir una palabra empezó a hablar - Tu lobito y los suyos han conseguido salir del pueblo a tiempo, Asher llego poco después, al ver que no había nadie se puso furioso, ha destrozado medio pueblo, pero lo interesante viene ahora, tenías razón, la chica ya no es solo una loba, capté su olor, hay algo más en su interior, aunque no sabría decir que es - Seguí mirando el fuego, en mi visión Lilith me había mostrado a una mujer, siempre oculta en las sombras, era una loba, pero por la forma en la que dominaba a todos los que estaban a su alrededor tenía que tener algo más, la reconocí de los recuerdo del lobo y sabía que, aunque por fuera era la misma que el lobo recordaba, Selene había cambiado, solo tenía que averiguar como 

- Por cierto tu lobito ha conseguido llegar al hogar de tus padres - Asentí sin despegar la mirada del fuego, y así, sentada en el suelo, me quedé viendo las llamas bailar toda la noche, escuchando los secretos que me contaba.

No me inmuté cuando sentí la presencia a mi espalda, y no dije nada hasta que se sentó un uno de los tocones al lado del fuego, le hablé sin quitar la vista vista del fuego - ¿Que puedo hacer por usted Diosa Luna?

La prometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora