VII

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Sentía mi estómago revolverse al mismo tiempo que la lechuza de mi familia Salazar se alejaba. Empecé a rememorar todo lo que había hecho y por más que quisiera recordar a mi criterio todo estaba bien. Sintiendo que mi corazón se saldría de mi pecho decidí dejar la carta de madre por último, leería la de mi abuelo, luego la de mi padre y por último la de ella.

Querida Rebeca:
Te he extrañado mucho estos días, leí tu carta anterior y déjame decirte que he trabajado mucho estos días Antares quiere que la boda sea en el jardín y me he dedicado a plantar miles de rosas mágicas, se mira muy hermoso sé que te encantará, son todas rojas y combinarán muy bien con la nieve. No te preocupes por mí estoy bien, solo un poco más viejo, pero eso es todo. Te amo y estoy orgulloso de ti, de seguro tú madre también lo estaría.
               Con amor de tu abuelo, John Brown.

La carta de mi abuelo me había sacado uno sonrisa, calmando mi aflicción y olvidando por completo mi desayuno y que Edward estaba a mi lado.

-¿De quien es esa carta...? Se ve que te ha alegrado mucho- Dijo curioso.

-Oh, es de Lucius, ya sabes la boda...- Dije mientras la metía en mi bolso, le mentí, si lo hice, amaba a Edward era mi mejor amigo pero no le confiaba eso, estaba segura que él sabía los rumores y mi mala relación con madre y Lucius pero eso no saldría de mi boca, no podía decírselo, al único que se lo había confesado era a Sirius.- Está muy emocionado y yo también, me habla de las decoraciones del jardín y eso...

Decidí abrir la de mi padre, sabía que él me quería pero se sentía culpable por lo qué pasó y yo no lo juzgaba.

Querida hija:
No has escrito muy seguido y extraño tus cartas, sabes que te quiero, eres mi hija y me recuerdas mucho a tu madre, en fin...
Esta carta es para saber cómo estás, cómo van las clases y tus notas de seguro son excelentes. Tú madre dijo que te recordara que debes venir para Navidad. Te quiero hija, nos veremos pronto.
                                Abraxas Malfoy

Mi padre es un hombre de pocas palabras he incluso, me había sorprendido que expresara que extrañaba mis cartas y que me quería...
Lo más probable es que escribiera la carta a escondidas de Antares, y justo ahora abriría su carta, mis manos temblaban, tenía miedo y recordaba las palabras del sombrero seleccionador No eres valiente tenía razón era muy cobarde.

Rebeca:
Sorpresivamente no he recibido ninguna noticia de algo malo que hayas hecho, pero aún así quiero recordarte que no debes avergonzarme ni a mi ni a tu apellido. Como sabrás la boda se acerca y es imperativo que estés aquí, Cissy te escogió a ti como su dama de honor, ASÍ QUE NO LA DECEPCIONES, NI A MI TAMPOCO!!! En fin tu vestido está aquí Druella y yo lo escogimos, y está carta es para avisarte que Walburga y yo decidimos que tú acompañante será Sirius, he recibido noticias de que últimamente vuelven a llevarse bien y ya que ambos son de la misma edad se vería mejor que con Regulus, Walburga le informará a él así como yo lo hice contigo, ahora sin más que decir compórtate y nos vemos en Navidad, no lo arruines.

Antares Malfoy

El aire contenido en mis pulmones salió madre al parecer no estaba molesta conmigo solamente su odio usual, esperaba que Edward no se molestara por que Sirius sería mi pareja, me ahorraría contárselo, no quería otra discusión con él.
Decidí esconder las cartas en mi mochila, no quería que Edward las viera.

Nos dirigimos a la primera clase Herbología con Ravenclaw, en el invernadero 5, odiaba esa clase, tener que lidiar con todas esas plantas pero aún así me esforzaba por conseguir excelentes notas.

-MERCURIO- Sirius Black Where stories live. Discover now