XVI

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Por fin los TIMO'S habían terminado, sentía que un peso había caído de mis hombros, podría preocuparme por los resultados en unas semanas cuando volviera a casa. Regulus y yo estábamos en los jardines disfrutando de nuestra última tarde juntos en el castillo, el verano hacía que los jardines se vieran más hermosos con algún rastro del paso de la primavera, a pesar de la faceta dura de Regulus no dejaba de ser un niño, no lo demostraba mucho pero a mi lado Regulus podía realmente ser él mismo, sin presiones, por lo que lo convencí de meter nuestros pies en la orilla del lago.

-Oh vamos Reg, es nuestro último día. Solo somos tú y yo no seas amargado- Tiré de la manga de su túnica con insistencia.

Regulus rodó los ojos mientras asentía- Está bien, está bien ya, cálmate- Respondió con el ceño fruncido pero reprimía una sonrisa mientras comenzaba a sacarse los zapatos.

Sonreí mientras yo igual me quitaba los míos, junto a las medias- Te extrañaré en las vacaciones.

-Yo también a ti, pero sabes que siempre nos vemos-Me sonrió- Incluso podemos ir al callejón Diagon juntos.

-Tienes razón y podemos ir por un helado-Sonreí recordando los helados de Florean, eran realmente deliciosos.

-Si... Y dime ¿Con cuantas materias seguirás?- Me miro curioso- No me digas que continuarás con todas- Espetó alarmado.

-Claro que no, eso es demasiado incluso para mi- A veces podía llegar a sonar algo engreída, pero no era culpa mía. Haber crecido entre Lucius, mi madre y mi padre tenía sus repercusiones- Si todo sale como lo planeé, sólo dejaré Aritmancia e Historia de la magia.

-Seguirá siendo mucho por estudiar.

-Lo sé, pero no quiero dejar las otras- Suspiré- Incluso me duele dejar esas dos, pero son las que menos me gustaban.

-Si te entiendo, de seguro fue una decisión difícil.

Nos quedamos en silencio, pero no era incómodo. Simplemente disfrutábamos de la compañía del uno y el otro, ajenos a lo que ocurría a nuestro alrededor, solo escuchábamos el sonido del agua cuando nuestros pies se movían. 

De repente observé como un grupo de estudiantes formaban un círculo alrededor de algo que estaba ocurriendo y eso solo podía significar problemas, pero me fue imposible no intervenir cuando divisé a Severus flotando con los pies hacia arriba, haciendo que su túnica se levantara dejando expuestos sus calzoncillos, no dejaría que Severus pasara semejante vergüenza me puse de pie de un salto y sin importarme que estaba descalza corrí hacia allí. 

Cuando llegué allí la escena no era para nada bonita, Severus ya no estaba en el aire, se encontraba en el suelo petrificado, me abrí paso entre los estudiantes para lograr ver a los responsables, y no me sorprendió descubrir que eran nada más y nada menos que Sirius y James. Cuando por fin estaba frente a ellos les hice mala cara, pero no intervine ya que Lily era quien se encargaba de defender a Severus.
No había escuchado el principio de la conversación pero Lily estaba muy molesta.

- ¡DEJENLO EN PAZ! –gritó Lily, que ahora también sacaba su varita. James y Sirius la miraron con cautela.

- Vamos, Evans, no me obligues a lanzarte un maleficio –protestó James con seriedad.

- ¡Pues retírale la maldición!

- Ya está –dijo mientras Snape se ponía trabajosamente en pie, suspiré aliviada Severus estaba bien-. Has tenido suerte de que Evans estuviera aquí, Quejicus

- ¡NO NECESITO AYUDA DE UNA ASQUEROSA SANGRE SUCIA COMO ELLA!- Abrí los ojos desmesuradamente no podía creer lo que Severus había dicho, debía de ser que estaba muy enfadado, pero él sabía el efecto que sus palabras tendrían en su relación de amistad con Lily, más aún sabiendo lo enamorado que él estaba de ella.

-MERCURIO- Sirius Black Where stories live. Discover now