XXV

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Una de mis manos se aferraba con fuerza a mi baúl, mientras que la otra sostenía a Nox con fuerza que miraba con recelo a Orion que yo había tenido que poner con ella en la jaula.

-Lo siento Nox, solo será por un rato-le dije a mi lechuza que me miraba con ojos brillantes.

Todo mi cuerpo temblaba, lo que me impedía avanzar por el andén y encontrar a Dilly. Miré con nostalgia como los padres recibían a sus hijos con amor y alegría, y me fue imposible no imaginar a mi abuelo John y a mi madre recibirme, mí verdadera madre quien realmente me amaba.  

Suspiré hondo y aferrándome a mis cosas avancé en el andén, a la distancia pude ver como los Potter recibían a James y a Sirius como si también fuera su hijo, sonreí al ver que ellos lo querían y lo apoyaban. Sirius notó mi mirada y me regaló una tierna sonrisa que correspondí a medias ya que Dilly podría estar en cualquier lugar y era muy probable que yo no pudiera verla pero ella a mi si. La pobre me tenía mucho cariño, pero no podía ignorar las órdenes de mi madre.

Unos minutos más tarde logré encontrarla, me recibió con mucha alegría-Ama Rebeca, Dilly se alegra mucho de verla- las miradas de los padres y alumnos se dirigieron a nosotras, pues la mayoría eran familias reencontrándose en el andén, ningún alumno era recibido por el elfo doméstico de su familia, suspiré con tristeza.

-Hola Dilly- le sonreí- me alegra verte igual

-Mi querida ama- dijo Dilly con su voz temblorosa- debemos irnos- sus grandes ojos se llenaron de lágrimas, de seguro sabiendo lo que me esperaba

-Estaré bien Dilly- tome su mano para desaparecernos- ahora debemos apresurarnos, o tú tendrás problemas- Asintió en mi dirección y lo último que vi antes de desaparecer fueron los ojos angustiados de Sirius.

Aparecimos justo en la entrada de la mansión, Dilly tomó mis cosas y dijo-La ama Antares la espera en el salón-su voz temblaba más de lo normal- Dilly llevará sus cosas a su habitación ama

-Gracias Dilly-dije para encaminarme al salón donde mi madre me esperaba, un temblor involuntario se apoderó de mi cuerpo y mi respiración se entrecortaba. Debía de admitir que estaba aterrada, el último castigo había sido difícil de sobrellevar, muy doloroso.

Al entrar al salón, me sorprendió mucho lo que me esperaba, mi madre, Cissy y Bellatrix, me esperaban en lo que parecía ser una agradable fiesta del té, traté de disimular mi sorpresa y el temblor en mi voz- Madre, Cissy, Bellatrix- hice una pequeña inclinación, si no iba a ser castigada en estos momentos lo sería más tarde.

-Rebeca-dijo mi madre, al oírla cualquiera diría que no estaba para nada molesta-siéntate con nosotras-señaló con su mano uno de los sillones.

No dije nada y tomé asiento, para mi disgusto en el único asiento libre que quedaba, a un lado de Bellatrix. La mera presencia de Bellatrix me causaba escalofríos y no solo por su personalidad sino también por que era una gran bruja, con mucho talento, lastimosamente había escogido el lado equivocado.

Tal vez no tenía el nivel de Bellatrix aún, pero yo no era estúpida y era completamente capaz de sentir sus intentos por entrar a mi mente, Legeremancia pensé, era muy buena si, pero yo llevaba años perfeccionando una Oclumancia involuntaria tratando de evitar a toda costa que mi madre sepa mis emociones o que alguien descubra la verdad de mi nacimiento.

La conversación fluyó entre ellas tres, mientras yo me esforzaba por repelerla, fui distraída por una declaración que me dejó completamente estupefacta

-Así que la pequeña Malfoy, estaba comprometida con el inútil de mi primo-dijo Bellatrix con malicia, sus intenciones eran hacerme bajar la guardia pero no lo lograría.

-MERCURIO- Sirius Black Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz