XVIII

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Me la había pasado en cama, mi recuperación estaba siendo relativamente lenta a mi parecer, pero según mi padre había sufrido mucho daño, mi mayor logres era que seguía cuerda. Justamente hoy me encontraba sola, mi padre estaba quien sabe donde, mi madre y Cissy habían ido a visitar a los Black y Lucius estaba en su "trabajo" siguiendo órdenes de Quien-tu-sabes, completamente absurdo, a mi parecer y estaba más que decidida a no terminar así.

Esta era una excelente oportunidad para poder comunicarme con Sirius, pero tenía dos problemas:

1. No podía moverme, Dilly tenía que ayudarme hasta para ir al baño que se encontraba en mi propia habitación.
2. Dilly tenía prohibido dejarme salir de mi habitación si no había supervisión de alguno de mis familiares, así que no era posible. Dilly no desobedecería y si lo hacía se castigaría a ella misma y no quería que ella lo hiciera.

Estaba inmovilizada y "encarcelada" en mi propia habitación. Gran combinación.

Me resigne y volví a recostarme en mi cama cerrando mis ojos, unos golpes en mi ventana me hicieron incorporarme, una bonita lechuza insistía en entrar a mi habitación. No me resultaba para nada familiar, por lo que una chispa de esperanza surgió en mi corazón, pensando en qué tal vez podría ser de Sirius. Dilly no podría enterarse, las órdenes de mi madre eran un informe completo de mis actividades de su parte y aunque Dilly quisiese cubrirme no podría hacerlo.
Hice un esfuerzo sobrehumano, ni siquiera sabía de donde estaba sacando la suficiente fuerza para levantarme, la ventana a la que llegaba en unos cuantos simples pasos, hoy me parecía que estaba lejos, muy lejos. Me apoyé en mi escritorio y al fin logré abrir la ventana, la lechuza se posó en mi cama y pude notar que lo que llevaba era un paquete junto con una carta, lo dejó todo y se fue. Cerré la ventana y me dirigí con dificultad de regreso a mi cama.

Volví a acomodarme en ella y tomé una gran bocanada de aire tratando de recuperar el aliento, la pequeña caminata me había dejada exhausta.

La curiosidad pudo conmigo y tomé la carta que descansaba encima del paquete. No llevaba destinatario así que me apresuré a abrirla.

Querida Rebeca Malfoy,

No sé si me recuerdas o si no lo haces no hay ningún problema, lo importante es que Sirius me pidió que te entregara esto, espero no haberte causado problemas al enviártelo, la lechuza tenía órdenes de entregarlo, sólo si te encontrabas sola. Sirius está preocupado por ti, no te preocupes por él, está bien. Bueno él te lo dirá...
Cuando recibas el paquete, asegúrate de abrirlo cuando estés sola y de esconderlo muy bien luego de usarlo. De seguro no podrás responder a la carta, espero que nos veamos algún día.

PD: Solo di el nombre de Sirius y aparecerá

               Alphard Black

Alphard Black... claro que lo recordaba el único pariente que apoyaba a Sirius.- Me sentí feliz, eran noticias de Sirius y estaba bien, eso me reconfortaba, me apresuré a abrir el paquete sus últimas palabras me descolocaron solo di el nombre...¿pero para que?cuando logre abrirlo me encontré con un espejo rectangular, nada en especial.

Solo di el nombre de Sirius- Sirius...-dije tal como lo decían las instrucciones

Al principio no noté nada especial pero lo que me sorprendió fue descubrir que el espejo no mostraba mi reflejo, parecía ser...¿el techo de una habitación?¿casa? ¿Que sería?No tenía idea. Fruncí el entrecejo. Estuve a punto de desmayarme cuando la cara de James Potter se reflejó en el espejo.

-¡Oye Canuto, ya está aquí!- Lo escuché gritar

-¿Pero qué...?- No sabía qué diablos ocurría, no sabía si estaba alucinando y mi cerebro me jugaba una mala pasada. Pero James se miraba muy real.

-MERCURIO- Sirius Black Where stories live. Discover now