-MERCURIO- Sirius Black

XII

La primavera por fin había llegado y con eso mi cumpleaños. Los jardines del castillo estaban hermosos, pronto cumplirá 16 pero no me sentía para nada alegre ya que mi cumpleaños era el aniversario de muerte de la mujer que me había dado la vida, me gustaba imaginar lo diferente que hubiese sido todo si ella aún estuviera conmigo. ¿Nos habríamos ido lejos? ¿Llevaría el apellido Malfoy? No estaba para nada segura, pero realmente la extrañaba, la persona que más la había amado en la vida no estaba. Lo que más difícil hacía su cumpleaños es que debía fingir, debía fingir estar alegre. ¿Por que alguien se deprimiría el día de su cumpleaños? No debía levantar sospechas.

Así que la mañana del 19 de abril, me levanté sintiéndome terrible. Tardé un poco más de lo usual en el baño, lloré un poco mientras me duchaba pero cuando salí ya con mi uniforme, mis compañeras seguían dormidas, tenía tiempo así que con un rápido movimiento de varita, sequé mi cabello y lo adorné con una de las peinetas que recibí en navidad. Mientras tomaba mis cosas, trataba de serenarme lo más que podía. Me dirigí al gran comedor, al entrar Edward se levantó de la mesa, avancé hasta llegar a él con una sonrisa.

-¡Feliz Cumpleaños Rebeca!- Me abrazó con mucha intensidad, lo abracé de vuelta.

Fingí mi mejor sonrisa y le dije- Gracias Ed
Luego de Ed, Regulus también me saludó con un gran abrazo y por increíble que parezca Severus también.

-Ten tu regalo-Regulus sacó de su mochila un pequeña caja de color azul.

-Gracias Reg, no debiste molestarte-Lo tomé y estaba por abrirlo cuando Salazar la lechuza de mis padres, dejó cuatro paquetes en la mesa y una carta. Le di un trozo de pan y se fue.
No pensaba abrirlos ahí, de seguro uno de los paquetes era de su abuelo, y la carta debía ser de su madre, ella nunca le daba nada para su cumpleaños. En parte tenía razón, era el día en que su espeso tuvo una hija con su amante, uno de los peores días de su vida según Antares.

-¿No vas a abrirlos?-Edward la vió curioso

-Eh...no aún no, estaba por abrir el de Regulus. Abriré esos luego.-Le sonreí

El regalo de Regulus, era un anillo muy hermoso, se miraba algo viejo como desgastado, y llevaba un grabado en la piedra con letras blancas Tourjours Pur la piedra era negra, lo demás era de plata, era muy hermoso. Estaba muy confundida, el anillo debía ser una reliquia de los Black. ¿ Porqué Regulus me lo daba a mi?

Regulus al ver mi confusión explicó- El anillo era de mi abuela, mi padre me lo dió a mi, y decidí dártelo. No hay nadie más que tú que se lo merezca, eres mi amiga y uno de mis más grandes apoyos. Quiero que tú lo tengas.

Las palabras de Regulus, me habían hecho llorar, me levanté del lado de Edward a abrazar a Regulus, quien era como mi hermano.-Te quiero mucho Reg.
-Y yo a ti Rebeca.

-Bien ahora, mi regalo de verá horriblemente mal. Debiste ser el último Regulus- Sabía que las palabras de Severus eran serias, pero no pude evitar reír.