XXIV

449 31 2
                                    

La temida carta de mi madre había llegado, haciéndome temblar, el sobre con el sello de la familia Malfoy se encontraba entre mis manos pero me era imposible abrirlo.

Regulus se encontraba frente a mi en la larga mesa del Gran Comedor- Ábrela, todo estará bien- fueron sus palabras de apoyo.

Así que con manos temblorosas abrí el sobre, podía sentir los latidos de mi corazón, latía de miedo. Estaba desobedeciendo y no me arrepentía de ello, pero aún así temía lo que mi madre podría hacerme.

La pulcra letra de Antares Malfoy entró en mi campo de visión y me obligué a leer la carta de una vez por todas o me daría un ataque de pánico.

Rebeca Cassiopeia Pollux Malfoy

Te atreviste a desafiarme una vez más, me has desobedecido y me encuentro impresionada de tus acciones. Las consecuencias de tus actos son inevitables y por lo tanto estás obligada a regresar a casa en Navidad.
¡NO TE ATREVAS A DESOBEDECER OTRA VEZ!
Esta hablado y más te vale regresar, Dilly irá por ti a la estación.
                                                                  Antares Malfoy

Sabía que volver implicaba un castigo, lo supe desde que Cissy envió la carta advirtiéndome y estaba dispuesta a enfrentarlo, ni siquiera mi madre podría impedir que Sirius y yo estuviéramos juntos, aunque ella en realidad no sabía nada más allá de nuestra amistad y por el momento era lo mejor. Antares es completamente capaz de encerrarme y no permitirme volver a Hogwarts nunca más de saber la verdad.

Sirius... cada vez que pensaba en él, no podía evitar sonrojarme, nunca me había sentido así y aunque me costara admitirlo me comportaba como las niñas bobas y enamoradas de las novelas románticas muggles que en más de una ocasión había tenido la oportunidad de leer (a hurtadillas claro), el pasatiempo favorito de Sirius era avergonzarme con su actitud coqueta y pícara...

Regulus chasqueó sus dedos frente a mi rostro, interrumpiendo mis pensamientos-¿Estas pensando en el idiota de mi hermano?-me señaló con su tenedor-¿No es así?- preguntó con fastidio, Regulus no estaba del todo de acuerdo, pero sabía que muy en el fondo estaba feliz por ambos.

El sonrojo subió a mis mejillas de nuevo, lo que hizo reír a Regulus con burla pero no dijo más nada- ¿Tú madre está molesta?- preguntó refiriéndose a la carta

-Ella siempre está molesta conmigo- un suspiro involuntario salió de mis labios- Quiere que vaya a casa para Navidad

La cara de Regulus mostró verdadera preocupación, y yo traté de tranquilizarlo- Estaré bien Reg, no es la primera vez que ella me castiga y lo sabes.

-Si, lo sé pero- hizo una pausa y tomó mi mano sobre la mesa- la última vez fue el peor castigo, mataré a Mulciber si algo como eso vuelve a ocurrir

Negué- No matarás a nadie, estaré bien-me encogí de hombros

-Edward no se merece que aún lo quieras- dijo molesto

-No, quizás no lo merezca, pero fuimos amigos por mucho tiempo y tú lo sabes- miré a mi alrededor y la mayoría de estudiantes se levantaban para ir a sus clases- Debemos irnos Reg, te veré luego de clases-dije en modo de despedida

Regulus y yo nos separamos en la entrada del Gran Comedor y yo me dirigí a mi primera clase del día.

El día había pasado con rapidez, entre clases deberes y muchos libros.
Caminaba por los pasillos de Hogwarts distraída, con la intención de ir a la biblioteca y adelantar los muchos deberes que los maestros me habían asignado, repentinamente sentí un tirón en mi brazo haciéndome gritar del susto, vi a mi alrededor y me encontraba dentro de un armario de escobas.

-MERCURIO- Sirius Black Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang