XXIII

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Podía oír vagamente la explicación de la profesora McGonagall, estaba tan triste que ni siquiera podía concentrarme en mis clases, quizás después de todo yo tenía razón, Sirius no sentía nada por mi quizás solo estaba confundido y por eso no me había buscado en todo esos días.

La voz de la profesora McGonagall me regresó a la realidad- Señorita Malfoy, la clase ha terminado- ví hacia todos lados confundida, notando que todos mis compañeros ya se habían marchado

-Lo siento profesora- tomé todas mi cosas rápida y nerviosamente

-Estos días la he notado muy distraída- la profesora me vió con preocupación-¿Esta todo bien?

-Solo...- busqué las mejores palabras para lograra tranquilizarla, obvio que no le diría la verdadera razón-solo estoy cansada profesora- fingí una sonrisa- le prometo que no volverá a ocurrir

-Si necesita algo-hizo una pausa- sabe que puede buscarme- me sonrió

-Lo sé profesora y se lo agradezco- con esas palabras, me fui del salón.

Esa era mi última clase del día, así que decidí ir a las orillas del lago, para esta sola. Sola era la palabra que me definía los últimos días, Regulus y Severus debían de estar en sus reuniones de Mortifagos, y desde que evitaba a Sirius y  él no me habla más, únicamente disfrutaba de mi propia compañía. Decidí darme un descanso de mis deberes y de mis tristes pensamientos, así que cerré mis ojos y me dediqué a solamente respirar.

Sentí que alguien se sentaba a mi lado en silencio y supuse inmediatamente que era Regulus- ¿Como ha estado tu día Reg?- susurre aún con los ojos cerrados

-Vaya Pollux, se que no hemos pasado mucho tiempo juntos, pero no creí que me olvidarías tan rápido - me susurraron de vuelta

Abrí con sobresalto mis ojos al reconocer el dueño de la voz, era Sirius, al verlo los nervios me atacaron junto a la tristeza de la que trataba de descansar

-Sirius...- me había quedado sin palabras era la persona que menos esperaba ver en ese momento

Como si Sirius pudiera leer mi mente dijo-No esperabas verme ¿cierto?- me sonrió y continuó hablando- Yo...- carraspeó e hizo una pausa- quise darte tu espacio estos días, no quería agobiarte- dijo viendo hacia el lago

Se quedó en silencio, mientras yo pensaba en algo que decir, mi mente estaba en blanco, pero no fue necesario ya que él habló de nuevo- Solo quiero que sepas que mis sentimientos por ti nunca cambiarán y estoy dispuesto a demostrarlo, no voy a rendirme- tomó mi mano y no me opuse, había anhelado ese momento por mucho tiempo, creyendo que nunca pasaría

Me obligué a decir algo- Solo no quiero ser algo pasajero en ti vida- mi voz sonó ahogada por la preocupación, realmente eso era lo que me aterraba, que él se aburriera de mí y me abandonara

-Tú jamás sería algo pasajero en mi vida Rebeca- me sujetó ambas manos- Tú y los chicos son lo más importante para mi- se puso de pie y me tendió una mano- Ven quiero mostrarte algo

Fruncí el entrecejo pero aún así tomé su mano para seguirlo-¿Adonde me llevas Sirius?- le cuestioné en cuanto noté que nos dirigíamos al bosque.

-Espera y verás Pollux- me sonrió ampliamente. No dije nada pero me fue imposible no devolverle la sonrisa.

Nunca me había adentrado en el bosque prohibido, por lo que no podía evitar ver fascinada alrededor de mi, lo que me llevó a tropezar con as raíces de los árboles varías veces- Ten cuidado Pollux- dijo mientras tropezaba la última vez y él me sostenía de la cintura para evitar que cayera-¿Qué te tiene tan distraída?- vió hacia todos lados, para luego verme con una ceja alzada

-MERCURIO- Sirius Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora