Secret Nights in the Inner Palace (Español) Completa

CAPITULO 9

Mientras estaba abrumado por la sorpresa, Sekka fue tirado en la cama. Más rápido de lo que su cuerpo fue capaz de reaccionar, sus movimientos fueron bloqueados por Kishoh inclinándose sobre él. El humo que se elevaba de un quemador de incienso cerca de la almohada se balanceaba en el aire, llevando el espeso aroma de sándalo. Incluso sobre la ropa podía sentir el físico fuerte del hombre. Ridiculizando al tembloroso Sekka, Kishoh levantó la esquina de su boca. 

"Te dejare aliviar mi aburrimiento". "..." El hombre que hasta ahora no había sentido ni una pizca de deseo, de qué demonios estaba hablando ahora. Mientras Sekka desconfiaba de sus oídos, Kishoh se corrigió con la sonrisa de un malhechor. "Lo que quiero decir es que quiero que me asistas". 

"¡No murmures tonterías! ... Quién lo haría con alguien como tú ..." Justo cuando escuchó las palabras "asistir", las mejillas de Sekka se pusieron tan cálidas como si estuvieran ardiendo. Como en Ka, entre los altos funcionarios, había quienes mantenían amantes masculinos, Sekka sabía que existían personas con ese tipo de interés. Sin embargo, había pensado que era un mundo no relacionado con él. Era algo fuera de los límites de su imaginación. O bien, ¿Kishoh realmente sabía el secreto de este cuerpo? 

"En efecto. No me interesan los hombres, pero ... " Mientras decía que no estaba interesado en los hombres, Kishoh inmovilizó a Sekka que se retorcía para escapar. Su cuerpo entrenado estaba lleno de músculos pesados ​​y duros, por lo que Sekka se volvió incapaz de moverse. "Tengo curiosidad, ¿por qué despiertas tanto interés en mi?" 

"... detente"La mano de Kishoh se deslizó debajo de la faja que sostenía la túnica de Sekka. Este hombre, Sekka no creía que Kishoh pudiera sentir deseo por él. No podía haber ningún error, este era Kishoh burlándose de él o una retribución por su plan engañoso de fingir que era la princesa. 

Mientras Sekka seguía confundido, Kishoh desabrochó con calma la faja y abrió el cuello de la bata. "Eso estuvo bien pensado", murmuró Kishoh con admiración al ver la ropa interior engañosa. Ahora que se sabía que él no era una mujer, incluso si se veía su pecho plano, no importaba. Sin embargo, tocarlo era un asunto diferente. Atando las resistentes manos de Sekka en una de las suyas y sujetándolas sobre su cabeza, Kishoh buscó a tientas su pecho. Las manos que podían manejar no solo un pincel de escritura sino también una armadura eran ásperas y voluminosas. Cuando esas manos quedaron atrapadas en su piel, su espalda se agitó. 

Sekka que había decidido convertirse en el Emperador de la Luna nunca había tenido relaciones sexuales con otra persona. Desde el momento en que tuvo su primera eyaculación, rara vez había experimentado la masturbación también. La raíz de su evitación de todo lo relacionado con el sexo era el asco que sentía hacia su propio cuerpo. 

"Qué lindas protuberancias". Sekka jadeó cuando la palma de un hombre rozó su pecho sobresaliente. No era una mujer, ¿por qué tocarlo en un lugar así? ¿Es para humillarlo tratándolo como a una mujer? Era un lugar del que no había estado al tanto hasta ahora. Como tal, era extremadamente sensible al estímulo. Mientras la areola de sus pálidos pezones fue cuidadosamente rastreada y las puntas sobresalientes fueron suavemente empujadas, su cuerpo entero se estremeció. Junto con el asco puro, también había una sensación diferente que no había experimentado hasta ahora.

"¿Qué estás haciendo ..., déjame ... " Respirando con dificultad, trató de sacudirse de las manos que le agarraban las muñecas. Pero el agarre del hombre ni siquiera se aflojó un poco. 

"Son un poco pequeños y difíciles de tomar". Kishoh resopló un poco como si se riera de la resistencia de Sekka. Cuando las puntas rosa pálido de su pecho se apretaron fuertemente hacia arriba entre dos dedos, Sekka fue atravesado por una punzada afilada que irradiaba del área. ¿Debería ser un lugar tan sensible? Mientras lo tomaban con sus dudas, las puntas puntiagudas de sus pezones fueron amasadas brutalmente y pulsadas con una fiebre ardiente. Las sensaciones eran tan agudas solo porque estaba nervioso. Este tipo de cosas no era nada especial. Intentó convencerse de eso, pero su cuerpo temblaba cada vez que los dedos del hombre se retorcían sobre su pecho. Una sensación delicada y peligrosa surgió de allí, avivando la ansiedad de Sekka.