✵ Capítulo 20

173K 26K 39.4K
                                    







—¿Gangrena? —Borris vacila. Lo miro por el reflejo del espejo y pongo los ojos en blanco—. No me has dicho como te fue con el abogado, ¿pudiste llegar a un acuerdo con él? ¿O te ha resultado muy costoso?

Me encuentro en casa del chico, es fin de semana y hemos querido perder el tiempo buscando alguna alternativa de trabajo para mí. Su prima igual está en su casa, solo que ella se ha perdido en la cocina comiendo e ignoro por completo si nos escucha.

Termino de acomodar la pieza de mi perforación y giro hacia el chico, ladeando la cabeza un poco.

—¿Crees que dar clases de francés me pueda ayudar a juntar el dinero? —cuestiono.

Él crea una mueca de insatisfacción.

—La pregunta aquí es; ¿realmente crees que alguien quiera aprender otro idioma? —se lamenta.

—No, pero sin duda alguna tú pagarías por verme hablar en francés, cinco dólares más y te abofeteo mientras lo hago —bromeo, regalándole un guiño. El chico abre la boca indignado, antes que pueda decir algo, me apresura a hablar: —Diez más y dejo que me beses.

—Por favor, ¿ahora te prostituyes? —finge sorpresa, tomando asiento—. ¡Y no! No pienso darte diez dólares solo por besarte —refuta, me mira con su ceño fruncido y prosigue—. Para ser alguien muy inteligente también eres estúpido, ¿lo sabes?

—No, Borris, se llama "¡necesito dinero, puta madre!" —le hago saber, resaltando lo último haciendo comillas con mis dedos—. ¿Hacer retratos? ¿Enseñar astronomía?

—Puedes leer el destino de las personas —opina él.

—¿Qué? —arrugo mi entrecejo.

—Astronomía, Borris, no astrología —Darling sale de la cocina con un vaso de jugo.

—¿Cuál es la diferencia? —reclama.

—Terminaré aventándome un puto florero, Jaén —le amenazo. Se ríe.

—Tienes una manía de golpearme con cualquier cosa —chista, negando varias veces. Sí, tiene razón y si sigue actuando de esa manera terminaré echándolo de su propia casa, puede que sea difícil, pero no imposible.

—Astronomía es acerca del universo, astrología es a lo que tú te refieres —su prima le explica, dejándose caer al sillón y lo vuelve a mirar—. Ubícalo por el telescopio, ¿ya?

—Vale, ya capté —asiente y su celular suena, observo como lo coge y suelta un quejido en forma de desaprobación—. Ya vuelvo.

—¿Quién es que no podemos escuchar? —la chica intenta averiguar.

—Tu madre —la jode.

La pelirroja entrecierra sus ojos y le lanza una mirada de odio. Muerdo mis labios para evitar soltar una risa, tragándome la carcajada que amenaza con salir.

Borris gira sobre su propio eje y sale de la sala, dejándome con Darling. Me quedo observando al frente, haciéndome el tonto, fingiendo que me interesa prestarle atención a todos los cuadros que cuelgan en las paredes, desde las pinturas hasta las fotografías.

La verdad es que me siento incómodo con ella en el mismo espacio, ¿ya he dicho que a veces suelo ser penoso con algunas personas? Sí, coqueteo, me gusta seguir el hilo o el juego, pero solo cuando estoy en una fiesta o si ese alguien es una persona que ya conozco. Darling Jaén me está haciendo sudar, pero por nerviosismo y no como estoy acostumbrado. Joder, mi simple pensamiento me pone peor.

—Entonces, ¿tú y mi primo no son novios? —su tintineante voz me obliga a aterrizar, tambaleándome en mi posición.

La miro y mi ceño se frunce exageradamente, negando varias veces.

Si las personas fueran constelaciones [✔] | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora