✵ Capítulo 21

169K 26.5K 32.8K
                                    

Vuelvo a llamar a la puerta y golpeteo mi frente contra esta varias veces seguidas. De un momento a otro, se abre y me sujeto con el marco para evitar que me vaya de boca. Me irgo por completo y miro a la ojiazul.

—Aidan —dice sorprenda.

—Hey —saludo y mis labios se vuelven una firme línea.

—¿Qué te ocurre? Te vas a lastimar —me reprende preocupada—. Te ha quedado roja la frente.

Planeé demasiadas veces esto para que no saliese mal, sin embargo, al parecer todo se ve estropeado porque me quedo estático, en silencio y con la mente en blanco sin saber cómo continuar.

Sus ojos están sobre mí llegando al grado de incomodarme. Ella me conoce tan bien que ya sabe cómo me encuentro. Paso saliva con dificultad y dejo salir un suspiro tembloroso de entre mis labios.

«Vamos, vamos», me intentó animar.

Alzo mi vista a la suya y relamo mis labios, aunque de mi boca no sale nada, ya que ella lo hace primero.

—¿Qué te hiciste en la lengua? —cuestiona, frunciendo su ceño poco a poco.

—Una perforación —me encojo de hombros y se la enseño—. ¿E gudta?

La manera en la que lo he dicho le causa gracia que suelta una risa llena de energía, me la contagia por unos segundos ocasionando que la comisura de mis labios se eleve un poco por ello.

—Te ves sexy —me halaga—, pero supongo que es algo que ya sabes ¿verdad?

—¿Herencia? —me uno a su juego.

—Somos Howland —dice con orgullo y eleva sus manos.

—Claro —ironizo.

Mi tía Jane regresa a una postura seria y toca mi mentón, obligándome a mirarla.

—¿Cómo has estado?

Me quedo pensativo. Todavía tengo mis emociones revueltas, sin embargo, con ella no puedo mantenerme así, lo poco que he escuché aquel día y lo que me ha dicho mamá, es que Jane fue una de las primeras personas al estar en contra de lo que todos ellos planeaban hacer. Mucho menos puedo permitir darle disgustos cuando está esperando un bebé, no me perdonaría que mi comportamiento le afectase durante su embarazo.

—¿Cómo crees que estoy? —le regreso.

—No muy bien —habla por lo bajo.

—De hecho, ni siquiera estoy dentro de la escala de "bien", ¿sabes a lo que me refiero? —le hago saber—. Siento que cada día me hundo un poco más, las cosas han estado yendo mal y a ninguna le veo arreglo.

Mi voz se vuelve inestable y mis ojos arden, pero me obligo a desvanecer esa sensación de debilidad que me ha estado consumiendo en estos días

—Deberías visitar a tu abuela, ella es la que menos culpa tiene de todo esto —aconseja.

—Pero sabía lo que pasaba con mi padre-

—No, ella es quien vivía en una mentira —me interrumpe—. No pienses así, Aidan. Necesitas sanar. —sus ojos se cristalizan y acaricia mi mejilla—. Necesito que tú sí lo hagas.

—No sé cómo —admito y respiro hondo—. ¿Qué ocurre cuando veías a una persona como tu héroe, tu ejemplo a seguir, y al final esa imagen se convierte en una completa mierda? ¿Cómo se supone que pueda sanar una herida que fue causada por una mentira alimentada durante dieciocho años? Si mi propia familia me ha mentido, ¿cómo se supone que debo confiar en los demás?

Si las personas fueran constelaciones [✔] | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora