Capítulo cinco

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𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐... 

𝑵𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒗𝒆𝒓𝒕𝒆

Me encontraba rotísimo. Era de esos pocos estúpidos que salían un martes de fiesta, sabiendo que al otro día tenía escuela. Mi reloj marcaba las seis y media, por lo que había dormido solamente media hora. Algo que repercudió en mi cuerpo, ya que al intentar sentarme mi espalda hizo un fuerte crujido. Aunque teniendo en cuenta todo lo que hice la noche anterior, el simple hecho de poder abrir los ojos era un milagro.

En el momento que sonó la segunda alarma, terminé saliendo de mi habitación. No quería cruzarme con nadie, por lo que me fui directamente al baño. Al encontrarme dentro, apoyé mi cabeza contra la puerta, para intentar aguantarme las molestas nauseas generadas por culpa de la resaca. Y aunque el malestar me estuviera matando, tuve que apurarme porque se me estaba haciendo tarde.

Froté mis ojos mientras me ponía en frente del espejo, y en eso pude percatarme de un detalle. Estaban tan rojos, que parecía tener conjuntivitis. Cualquiera que me viera podía asumir que había estado fumando, y esto no era algo que normalmente me importara, pero en menos de una hora tenía que ir al colegio y eso sí iba a ser un problema. 

No tenía ganas de soportar los comentarios ofensivos por parte de mis compañeros, o alguna de aquellas miradas "discretas" que mostraban completa desaprobación. Encima, con aquel nivel de cobardía, en donde ninguno era capaz de decir las cosas a la cara. ¿Acaso tenían miedo de ser golpeados? Después de todo, si querías responderle a uno, saltaban los demás como pirañas. 

Mientras me quedaba observándome al espejo, miles de pensamientos comenzaron a invadir mi mente. Como la idea de poder callarles la boca, así dejan de hablar pestes de los demás... Devolverles cada mierda que me hicieron, o al menos que obtengan su merecido. Deseaba vengarme, y poder deshacerme de este sentimiento tan desagradable que atormentaba mi cuerpo. ¡No merecía sufrir por esos hijos de puta, realmente no lo merecía! Y el simple hecho de pensar en lo que me afectaba todo esto, me llenaba de odio. ¿Por qué mi primera preocupación era que ellos vieran mis ojos? ¡Era demasiado injusto!

Entre más seguía pensando las cosas, sentía como me iba tensando por completo, hasta el punto de terminar dándole un golpe al vidrio que se encontraba enfrente mío. Acto que me hizo levantar la cabeza y poder apreciar la mirada que tenía en aquel momento. Una tan poco agradable, que sentía que hasta podía llegar a ser algo intimidante. 

Mis manos mientras tanto, estaban siendo apretadas con tal fuerza, que mis uñas comenzaron a clavarse sobre mi piel. Algo que en combinación con todo lo demás, me hizo entender que era mejor calmarme, o las cosas podrían acabar yendo a peor.

—Estúpido—dije para mi mismo, luego de haber tenido aquella reacción sin sentido.

Terminé lavando mi rostro, mientras pensaba que hacer con el rojo de mis ojos. La única opción que veía era tirarme el pelo sobre el rostro, para así disimular un poco. Y debido a la falta de tiempo, opté por esa idea.
Al salir del baño, aun me encontraba bastante molesto. No había peor forma de despertar y encima solo había descansado media hora. Por ello, en el momento que mi madre intentó hablarme, solamente respondí con un "nos vemos" y finalmente me fui de esa casa.
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A la hora de llegar a la escuela, saludé a los porteros sin alzar la cabeza. Los que menos tenían que verme en ese momento eran las autoridades, ya que así sí me metería en problemas. Luego de pasar a través de ellos, llegué al lugar en donde cada curso hacía fila. Todos se encontraban con su grupo de amigos, hablando de temas triviales los cuales no me interesaban. Solamente deseaba que llegara mi amigo, y como no podía levantar la vista para fijarme si estaba al rededor, esperé a que él se acercara por su cuenta.
En eso, terminé escuchando la voz de la única persona que soportaba, Thomas. Este se había pronunciado exclamando un "¡hola, Alex!" con aquella felicidad que siempre lo caracterizaba. Por lo que al instante alcé la cabeza y pude ver como se me estaba acercando, acompañado de una muy linda sonrisa.

¿Y si no es un sueño...?Where stories live. Discover now