Capítulo once

13 3 1
                                    

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒐𝒏𝒄𝒆 

𝑫𝒆 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒕𝒂 𝒂 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅...

—Amor, ¿qué haces?—Pregunté con cierto tono de intriga, al ver que Alex no dejaba de observar el anillo de compromiso que se encontraba en su dedo.

—Estoy muy feliz...—Respondió él, sin apartar la vista del objeto.

—¿Y por qué estás feliz?

—Porque comparto este anillo con vos, y me emociona pensar que nos casaremos algún día.—Y al terminar de decir eso, giró su mirada a mis ojos y sonrió transmitiéndome su cariño.—Te amo demasiado.

—Yo también te amo, bebé.

Y sin más, nuestros labios terminaron uniéndose en un húmedo beso. Mientras intercambiábamos salivas, entrelazamos las manos para transmitirnos de esta forma un enorme sentimiento de amor. Creando una escena demasiado tierna, pero que para nuestra desgracia se esfumó en tan solo un instante.

En el momento que abrí mis ojos nuevamente, todo había desaparecido. Me encontraba hundido en un mar invisible. Mi alrededor era oscuro, y sentía que me faltaba el aire. Mis brazos revoloteaban para todas partes intentando aferrarme a algo, pero era inútil. Seguía cayendo en aquella especie de vació. 

En eso, comencé a escuchar una serie de sonidos muy peliculares. Primero, la puerta de una heladera cerrarse, alguien preparándose un café y el leve ruido de las teclas siendo presionadas. Siendo esta la rutina que solía tener Alex. Luego, aquella cálida sensación comenzó a esfumarse y la angustia me invadió. Se escuchaban la ruedas de algo moverse, pequeños pitidos leves y respiraciones exaltadas. Poco a poco, a todo eso se le agregó la voz de alguien, el cual no paraba de decir mi nombre. Cada vez los sonidos se volvían más claros, hasta que finalmente escuché a Miguel gritar "¡Dylan".

Mis ojos se abrieron repentinamente y me senté sobre lo que parecía ser una cama. Comencé a mirar hacía mi alrededor con mucha confusión, encontrándome de esta forma con un lugar completamente desconocido. En frente de mis ojos, pode apreciar a Leonardo observándome con una clara expresión de sorpresa, mientras que Miguel salía corriendo, exclamando "¡voy a llamar al médico!". Luego de oír aquello, aprecié con más claridad mi entorno y me di cuenta que efectivamente, me encontraba en un hospital.

—¡Al fin despertaste, no lo puedo creer!—Exclamó Leo, con bastante emoción.—Boludo, pensamos que te habías muerto, no sabes el susto que nos pegamos. Casi me da un infarto, pero por suerte estás bien... Aunque ahora seguramente el médico te va a dar un diagnostico...

—Leo.—terminé diciendo, para poder interrumpirlo.—¿Cómo terminé acá?

El último recuerdo que tenía, era aquel en donde había ocurrido esa horrible tragedia. ¿Qué ocurrió luego? ¿Acaso terminé hospitalizado por eso?

—¿¡Perdiste la memoria?! Aunque si la hubieses perdido no recordarías mi nombre... ¿Recordas que nos invitaste a un bar? Bueno, ese día nos dimos cuenta con Miguel que se estaba haciendo tarde y aun no llegabas. Aparte, dejaste de responder los mensajes, así que fuimos a buscarte. Y bueno, terminamos encontrándote tirado en el piso, al lado de tu auto.—Y en eso el de pelo largo hizo una pequeña pausa.—¡No sabes el susto que nos pegamos! Te tuvimos que llevar al hospital corriendo, porque pensamos que te habías muerto. Encima, tardaste en despertar cuatro días boludo.

—¿En qué fecha estamos?

—¿Qué? No creo que eso sea importante ahora.

—Respóndeme.

—Es dieciocho de mayo.  

Y luego de oír todo eso, no pude evitar agarrarme la cabeza, al lograr entender lo que había ocurrido. Después de haberme desmayado, nada de lo que pasó fue real. Mi cuerpo había estado "soñando" hasta el día de hoy. Me encontré sumergido en un mundo de fantasías, para finalmente terminar siendo golpeado por la cruda realidad.

¿Y si no es un sueño...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora