cinco

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EN CUANTO llegó a una ladera en la que poder descansar, Iris se apoyó sobre sus rodillas agotada, miró a Okajima con los ojos entrecerrados culpándolo de su cansancio.

- ¿Tenías que patear ese avispero, Okajima?

- ¿Y tenías que pisar una serpiente?

- ¿Y eso de caerte al río?

Iris se sentó en el suelo con cansancio mientras intentaba recuperar el aire perdido, Nagisa se sentó a su lado exactamente igual que ella y el resto de la clase.

- No sé si mataré a Koro-sensei, pero me encargaré de Okajima como me haga correr por culpa de un avispero, de nuevo.- Nagisa la miró aún respirando con dificultad y soltó una suave risa antes de encontrarse con que Iris se había tumbado sobre su regazo.

Le acarició suavemente la cabeza intentando no despeinar las coletas a la chica. Ambos divisaron su vista a Karasuma en cuanto él empezó a hablar.

- ¿Os encontráis bien?- Iris se sentó de golpe al ver a su profesor a su lado mirando a ambos jóvenes.

- ¡Profesor Karasuma!

- No tengáis prisa, a este paso llegaremos con tiempo de sobra.- Iris soltó un suspiró cansado y se dejó caer en las piernas del peliazul de nuevo.

- Menos mal...- Susurró, la voz de Irina resonó por la pequeña ladera:

- ¡Un momento!- La rubia apareció en el campo de Iris a los pocos segundos de haber gritado, había bajado todo corriendo.- Nadie me había avisado de que habría una excursión a la hora de la comida.

- Oh por Dios, ¿por qué nadie le ha avisado, Bitch-sensei? Eso es realmente una pena.- Ironizó Iris haciendo un falso tono de pena lo suficientemente exagerado como para que Irina la mirara mal.

- Cierra la boca, niñata.- Intentando distraer a Iris de la discusión que ella había empezado, Nagisa tironeó de su brazo hasta Karasuma.

- Profesor Karasuma, ¿y Koro-sensei?- Iris se colgó del brazo del peliazul cansada y tras intercalar su mirada entre Karasuma y Nagisa, asintió repetidas veces interesada en lo que Tadaomi tenía que decir.

- No podíamos permitir que nadie lo viera así que lo hemos dejado en el antiguo campus.- La rubia frunció el ceño y apretó suavemente el brazo de Nagisa.

- ¿Sólo? Pobrecito, debe sentirse como un Margi-sensei.- La rubia se soltó de Nagisa y se ajustó las coletas.- En fin, deberíamos continuar, no queda mucho, ¿verdad?

- Muy poco.- Concordó Karasuma reanudando la marcha.

Cinco minutos después, en cuanto todos pisaron el campus, tuvieron que volver a descansar bajo las miradas burlonas de los alumnos del campus principal.

- Creo que aquí muero.- Susurró Iris tirándose al asfalto a los pies de su hermana.- Dile a papá que fui yo la que disparó sin querer al jarrón con las cenizas del abuelo.

- Espera, ¿teníamos las cenizas del abuelo?- Preguntó Río antes de extenderle una de sus manos para ayudarla a levantarse. Miró a su alrededor encontrándose con Kaede y Nagisa descansando juntos y hablando pausadamente, un poco a la derecha del dúo se encontraba Okajima envuelto en culebras no venenosas, para la suerte del chico.

Les dio una mirada recelosa a Nagisa y Kaede y luego se acercó a Maehara y a Isogai, que ya estaban completamente bien:- Creo que lo mejor será ir entrando, ¿no?- Maehara rodeó con uno de sus brazos a Iris mientras asentía de acuerdo.

- ¡Chicos!- Llamó Isogai autoritario.- ¡Vayamos entrando!- Se giró hacia Iris y Maehara que se habían puesto a cuchichear entre ellos con unas diminutas sonrisas, Isogai entrecerró los ojos analizándolos, luego sacudió su cabeza y les sonrió.- Vamos, venga.

ocean eyes ▭ nagisa shiotaKde žijí příběhy. Začni objevovat