veinte

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AUNQUE NO lo pareciera debido a que había decidido distanciarse de la pequeña Nakamura, Maehara seguía gustandose de Iris, a pesar de que había pasado bastante y de que ella ahora tenía novio.

Pero ese no era problema para Maehara el conquistador. O eso creía él.

Por eso se sorprendió al ver a Kaede Kayano en la puerta de su casa, mirándolo con una sonrisa amable y una caja de pastas de té en las manos.

La dejó pasar y Kaede le presentó un plan maestro donde ambos saldrían ganando.

— Ya sé que es el típico cliché de telenovela, pero si ellos pueden conseguirlo, ¿por qué no nosotros?

Maehara frunció el ceño repasando lo que la peliverde le había dicho.

— Entonces...— Kayano lo miró expectante, él suspiró al sentir la mirada intenta de la chicha clavada en su persona.— Vale, me apunto.

Kaede festejó soltando un gritito y aplaudiendo repetidas veces.

— Es un trato, tú recuperas a Iris y yo enamoraré a Nagisa.— Se dieron un apretón de manos como si fueran dos jóvenes empresarios y la chica se marchó.

Ahora solo quedaba esperar hasta la tarde.

Por otro lado, Nagisa e Iris llegaron algo tarde al inicio del festival.

— ¡Te dije que lo ibas a hacer bien!— Exclamó Iris con alegría meneando su cabeza de lado a lado, sintiendo como la larga trenza que su novio le había hecho con mucho esmero se movía también.— ¡Muchas gracias, Nagi!— Y como era costumbre, Iris entrelazó sus brazos en el cuello del joven abrazandolo.

Nagisa correspondió sonriendo ampliamente y cerrando sus ojos, sintiendo el calorcito que emanaba su novia.

— Estas hermosa.— Susurró consiguiendo que la rubia se sonrojara.

— No digas eso que me sonrojo.

— Me encanta cuando lo haces, ya lo sabes.— Iris se separó un poco para mirarlo. Nagisa decidió tomar la iniciativa y la besó.— ¿Vamos a algún juego? ¿O te apetece comida? Koro-sensei me ha dicho que han montado un puesto de helados con helado de frambuesa como protagonista.

Como de costumbre, la cara de Iris se iluminó.

— ¡Helado! ¡Espérame aquí, vuelvo enseguida!— Dicho eso salió disparada perdiéndose entre la gente. Él sonrió tontamente antes de suspirar.

— Es fantástica.— Susurró para si mismo, aunque Kaede no pudo evitar escucharlo.

— ¿Quién? ¿Iris? Bueno, es agradable...— Sorprendido, Nagisa se giró a mirarla.

— Oh, hola Kaede. ¿Vienes sola?— La peliverde negó algo sonrojada por culpa de Nagisa.

— Con Maehara pero ha ido a saludar a Isogai un momento y me ha dicho que espere aquí. ¿Tú que haces?

— Espero a Iris, ha salido disparada en cuanto a oído la palabra helado.— Soltó una pequeña risa mientras rascaba su nuca con nerviosismo.

Kaede sonrió para sus adentros:— Entonces... Ya que estamos solos, ¿podemos hacernos compañía mutuamente?

— Supongo que sí.— Contestó Nagisa sonriente sin sospechar lo que la chica a su lado tramaba.

— ¡Yey!— Se aferró al brazo de Shiota restregando su mejilla contra el mismo, Nagisa soltó una risita nerviosa mientras fruncia el ceño al escuchar la muletilla.

Por otra parte, Iris sonrió al ver quién atendía el puesto.

— ¡Hola Koro-sensei!— Saludó alegremente la joven.

ocean eyes ▭ nagisa shiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora