catorce

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LANZÓ UNA patada hacia Nagisa que no logró esquivar e hizo una mueca al ver la cara del peliazul.

— Perdón Nagi.— Dijo tras golpearlo, no le gustaba pelear contra el peliazul pero tampoco quería un regaño por parte de Karasuma-sensei.

— No te preocupes por mí.— Susurró él sacando el cuchillo anti-sensei. Iris lo miró un segundo antes de sonreír divertida.— Sino por tí.

Tras un movimiento rápido, Nagisa se colocó tras Iris con el cuchillo en su cuello, la sonrisa de Iris se desvaneció.

Ella se quedó totalmente quieta unos segundos sintiendo el pecho de Nagisa chocar contra su espalda. No podía negar sobre que tenía sentimientos encontrados acerca del cambio de actitud de Nagisa.

Era atrayente pero a la vez emanaba... Terror y respeto.

— ¿Nagi?— Susurró con su característica voz dulce. Nagisa sacudió su cabeza confundido y bajó el cuchillo y se separó abruptamente. Sentía como los colores le habían subido a la cara por completo.

— Perdona, Iris.— La rubia negó sonriente y retuvo sus ganas de abrazarlo.

— ¿Cómo has sido tan rápido? A sido alucinante.

En ese momento, Karasuma dio el entrenamiento por finalizado y aflojando su corbata por el cansancio, comenzó a subir las escaleras hacia el interior del edificio encontrándose de golpe con un hombre.

Grande, musculoso y cargaba con muchas bolsas en las manos.

Todos dejaron lo que estaban haciendo para mirar a los adultos.

— ¡Eh, Karasuma!— Gritó el más gordito comenzando a sonreír.

— ¡Takaoka!— Saludó Karasuma algo sorprendido por la presencia de su compañero.

Iris y Nagisa intercambiaron miradas confusas, al igual que todos en realidad.

— Soy Akira Takaoka y a partir de hoy echaré una mano al Profesor Karasuma! ¡Encantado, Clase E!

Se acercó a los alumnos para saludarlos correctamente, Takaoka apoyó las bolsas en el suelo y luego sacó un mantel de una de ellas.

Los ojos de Iris se iluminaron al ver cómo su nuevo profesor comenzaba a sacar un montón de postres.

— Adelante, comed.— Exclamó Takaoka al ver la cara de Iris. Ella se lanzó hacia un pequeño postre de vainilla con mermelada de frambuesa.

Nagisa se sentó a su lado tomando otro exactamente igual. Tal y como le había dicho a Karma en Kyoto, se había terminado por acostumbrar al sabor.

El peliazul la miró tiernamente y ella se giró hacia él feliz. Su corazón dio un vuelco recordando lo que había pasado en la enfermería del teatro.

Escudriñó su cara tranquilamente hasta llegar a sus labios. Estaban llenos de mermelada, lo que provocó que Nagisa quisiera reír, sin embargo comenzó a rebuscar en sus bolsillos un pañuelo limpio, en cuanto lo encontró lo pasó por los labios de la adolescente con delicadeza.

Ambos se sonrojaron, aún no habían tocado el tema del beso, y de momento no pensaban hacerlo. Actuarían cómo si nada, al fin y al cabo nadie sabía aquello.

— Por favor, besaos.— Exclamó Río de repente. Iris y Nagisa se atragantaron con su comida y ambos comenzaron a toser exageradamente.

Muy oportuna, hermanita.

(...)

TODOS SE encontraban sentados en el suelo frente a Takaoka, que no había quitado su sonrisa de la cara.

ocean eyes ▭ nagisa shiotaWhere stories live. Discover now