AL IGUAL que las vacaciones en el resort, la pausa de verano estaba a punto de llegar a su fin.
Todos habían aprovechado el tiempo para estar con sus familias y amigos antes de volver a la rutina, y el caso de Nagisa no había sido una excepción. El joven peliazul había quedado con su padre para ir a comer sushi al restaurante favorito de ambos.
— ¿Entonces cómo es?— Preguntó su padre apartando el platillo vacío y comenzando a buscar otro que le gustara con la mirada.
— Tiene unos grandes ojos azules, y estos brillan cuando ve algo de frambuesa.— Nagisa soltó una risita tonta.
— Pero tú odias la frambuesa.
— La odiaba.— Corrigió el más pequeño llevándose la comida a la boca.— Deje de hacerlo desde que la conocí a ella.
Su padre lo miró expectante, esperando a que continuara con la descripción de su novia.
— Su pelo es rubio y sedoso, es largo como el de Rapunzel. Es amable y tierna y adora cepillarme el pelo, le encantan las películas de acción y su sonrisa ilumina el lugar en el que esté.
El señor Shiota lo miró con una pequeña sonrisa y luego golpeó la cabeza de su hijo con delicadeza.
-— Hijo, estas enamorado, y mucho.
Las mejillas de Nagisa se tiñeron de rojo, aunque la vergüenza se marchó cuando vio a Koro-sensei tras su padre, que deboraba varios platillos con unos tentáculos mientras con los otros le mostraba un cartel.
" Feria esta tarde para celebrar el fin de verano. Avisa a Iris "
Koro-sensei agradeció en un susurro y tras dejar los platos vacíos en la pila del señor Shiota se marchó haciendo uso de su Mach 20.
Nervioso, Nagisa se levantó de su sitio:— ¡Papá acabó de recordar que he quedado con Iris, debo irme!— Comenzó a trotar hasta la puerta.— ¡Gracias por la comida!— Dicho eso salió corriendo por las calles hasta llegar a la casa de su novia, tenía suerte de estar a cinco minutos.
Cuando llegó tomó algo de aire y luego llamó al timbre, se sorprendió al ser recibido por Karma.
— Eh...— Karma lo dejó pasar.
— ¿Qué tal, Nagisa?— Cuestionó el chico golpeando suavemente la cabeza del peliauzl con su libro de matemáticas.— Vuelvo con Rio, todavía tengo que explicarle algunas cosas.— Se aproximó a las escaleras y sin girarse continuó.— No hagáis mucho ruido.
Aún confundido por la presencia del pelirrojo, Nagisa cerró la puerta detrás de él y se quitó los zapatos antes de pasar el recibidor y caminar hacia las escaleras.
Llegó a la segunda planta y se encaminó a la habitación de su novia, la segunda puerta a la izquierda.
Tocó la puerta y luego la abrió lentamente, sonrió tiernamente al verla. Estaba tumbada en su cama, toda despatarrada y en un profundo sueño.
Con cuidado Nagisa se tumbó a su lado y la abrazó.
Iris se dio la vuelta ( aún dormida ) y lo abrazó entre sueños, enrollando sus piernas en las del peliazul.
Pasados unos minutos donde Nagisa comenzó a dormirse, Iris se removió y sonrió.
— Uhm... Nagisa.— El peliazul se apoyó sobre sus codos y miró a la chica con confusión. Iris volvió a gemir.
¿Qué demonios estaba soñando?
Su cara se tornó extremadamente roja al escucharla. Iris se subió sobre su pecho y tras dar un suspiro volvió a dormir en silencio.
Al menos se había callado, pero ahora Nagisa tenía a su novia encima y un problema en sus pantalones.
Se tocó las mejillas sintiendolas aún más rojas y cuando menos se lo esperó, Iris habló.
— ¿C-cuánto tiempo llevas aquí?— Se quitó de encima de su novio y prácticamente salió de su cama a trompicones.
— Sólo diez minutos.— Nagisa se sentó en la cama con la misma cara de vergüenza que tenía Iris.
La rubia miró sus pies y comenzó a jugar con sus manos nerviosamente.
— Ya...— Lo miró unos segundos antes de solar un gritito y salir corriendo por el pasillo.
— ¡Iris!— Nagisa salió tras ella viéndola como se metía en el baño. Nagisa tocó delicadamente.— ¿Iris?
— ¡No estoy!
Nagisa negó levemente antes de volver a tocar.
— Venga, abre.— Karma y Nakamura salieron de la habitación de la Segunda.
— ¿Qué ocurre?—
— Tu hermana se ha encerrado en el baño.— Explicó Nagisa bajando la mirada.
Nakamura le golpeó con fuerza en la cabeza.
— ¡Ay! ¡Nakamura!
— ¡Debí decirte que no le hicieras daño a mi hermana, Shiota!
— Pero yo no...— Nakamura intentó golpear la cabeza del chico de nuevo.
— ¿Iris, qué ha ocurrido?— Esta vez Karma golpeó la puerta.
— ¡N-nada! ¡No ha ocurrido nada!
— ¿Nagisa, qué has hecho?— Ante la pregunta de Akabane, el peliazul levantó sus manos en señal de inocencia.
— Simplemente me acosté junto a ella en la cama e Iris comenzó a...— Iris abrió la puerta y con agilidad metió al chico al baño.
Le tapó la boca para evitar que continuara hablando.
— Déjalos Rio, ¿volvemos? No hemos acabado con el seno y el coseno.
— Yo si quiero que me metas el coseno.— Dicho eso, la puerta de su hermana se cerró, Iris rodó los ojos asqueada, olvidándose por un momento de la presencia de Nagisa a su lado.
— Iris... ¿Qué ha ocurrido ahí afuera?— Dijo Shiota cuando se hubo liberado de la mano de su novia. Se sentó en la tapa del vater y la miró confundido.
Al ver que no tendría escapatoria, se apoyó en el lavabo frente a su novio y lo miró mordiéndose el labio inferior.
Su sueño también ocurría en el baño, de echo empezaba en esas posiciones.
— Sólo... Tuve un sueño raro.
— No cre que raro sea la palabra con la que lo definiría.— Nagisa se colocó frente a ella con una ceja levemente alzada.
La tomó por ambas manos y tomó aire:— Iris, cariño, te quiero.
— Ahora es cuando viene el pero.— Susurró la chica.
— Pero...
— Ahí está.
— No estoy listo todavía, además, llevamos poco juntos y no quiero ir deprisa.— La rubia asintió pasando sus brazos por el cuello del chico.
— ¿No estás enfadado?— Susurró sobre sus labios. Nagisa negó sonriendo, colocó sus manos en la cintura de la chica apoyándola contra el lavabo.
— Me parece tierno que pase esto, sobre todo por tu carita toda roja.— Apoyó su cabeza en el hombro de la chica y cerró los ojos con tranquilidad.— ¿Te he dicho lo guapa que estás cuando te sonrojas?
Nagisa pudo escuchar como el corazón de Iris se aceleraba y soltó una pequeña risa.
— Por cierto, esta noche tenemos un festival.
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ocean eyes ▭ nagisa shiota
Action𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍 𝐄𝐘𝐄𝐒 ▭ ❛ por algún motivo no puedo evitar perderme en esos ojos oceánicos ❜ iris nakamura era alegre, traviesa y divertida. practicaba caza con su padre todos los fines de semana e iba un par de días a la semana a clases de defensa pe...